La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) advirtió que una crisis humanitaria de proporciones “extraordinarias” está a punto de golpear la provincia de Tangarika, en la República Democrática del Congo.
La zona es escenario de un gran número de desplazamientos y abusos de los derechos humanos, informó ACNUR, tras escuchar las historias de las personas que están huyendo para salvar sus vidas cerca de la capital provincial Kalemi.
“Las personas desplazadas han compartido sus historias acerca de una violencia horrible durante los ataques contra sus aldeas. Esas historias incluyen asesinatos, secuestros y violaciones”, declaró el portavoz de la Agencia, Andrew Mahecic, ante la prensa en Ginebra.
Los socios del ACNUR documentaron al menos unos 800 incidentes de este tipo en las dos primeras semanas de febrero en Tanganyika.
En varias áreas de la provincia, las atrocidades y el desplazamiento masivo se deben a conflictos intercomunales profundamente arraigados. Pero, además, los feroces enfrentamientos entre las fuerzas armadas congoleñas y las milicias han continuado desde finales de enero y, junto con los nuevos grupos armados, amenazan con una mayor devastación.
Las violaciones de derechos humanos son el pan de cada día en Tangarika
En 2017, se documentaron al menos 12.000 informes de violaciones de derechos humanos en esta región, así como en la zona de Pweto en la provincia de Haut Katanga, que ha sido alcanzada por este conflicto. Al menos 4700 de esos incidentes tienen que ver con violaciones de abuso físico, tortura, homicidio, arresto arbitrario, esclavitud, violación y matrimonio forzado; el resto, tienen que ver con extorsión y destrucción de la propiedad.
La violencia sexual es particularmente preocupante para ACNUR, aunque es difícil registrarla debido al miedo al estigma y al difícil acceso dónde ocurre. De los 523 casos que se lograron documentar, alrededor de la mitad eran niños.
En 2017, se documentaron al menos 12.000 informes de violaciones de derechos humanos en esta región.
Las poblaciones desplazadas, ya vulnerables, fueron las que sufrieron mayoritariamente este tipo de abusos, que no sólo se cometieron en el contexto del conflicto étnico, sino a manos de los mismos soldados desplegados para protegerlos de las milicias.
La violencia que se extiende a través de Tanganyika, que es tres veces el tamaño de Suiza y con una población de unos tres millones, ha desplazado internamente a más de 630,000 personas.
Las autoridades deben garantizar la protección de la población civil,ACNUR trabaja con sus socios para remediar esta situación, pero necesita de una mayor asistencia para ayudar a la población a hacerle frente.
Además, la agencia ha hecho un llamado a las autoridades congoleñas para que garantice la protección de la población civil, realice un seguimiento eficaz de los informes sobre crímenes atribuidos a las fuerzas armadas y para que ponga fin a la impunidad relacionada con abusos contra los derechos humanos.
La falta de recursos para atender a los afectados es uno de los graves problemas que se afrontan en esta crisis. El año pasado, los donantes dieron menos de menos de un dólar por persona para los programas de desplazados internos en la República Democrática del Congo. Esto ha dejado a muchos desplazados en Tanganyika sin prácticamente recibir ayuda humanitaria y a las mujeres y los niños especialmente vulnerables.
Para 2018, ACNUR solicitó 368,7 millones de dólares para su plan de respuesta humanitaria en el país, y requiere al menos 80 millones para apoyar a las poblaciones internamente desplazadas.
Fuente: https://news.un.org