Una de las calles más transitadas de Toledo lleva el nombre de Martín-Gamero. Así lo acordó la corporación municipal en 1887 a propuesta de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos. Hasta entonces esa vía pública se había denominado Calle de Obra Prima. Pocos toledanos tienen una idea clara sobre la vida y obra de este personaje incluido por méritos propios en nuestro callejero.
El título de “Cronista de Toledo”, como nos cuenta Rafael del Cerro Malagón, le fue concedido por unanimidad en sesión municipal de 10 de marzo de 1865 a petición, entre otros, del Conde de Cedillo. La ciudad valoró en Antonio Martín-Gamero el “celo con que, cual buen hijo de Toledo, ha venido esmerándose en la defensa de los intereses municipales y en la conservación de sus gloriosos recuerdos”. Pero, ¿en qué consistían esos méritos?
Antonio Miguel Martín-Gamero y González había nacido el 13 de junio de 1823 en la calle que hoy lleva su nombre. Estudió jurisprudencia en la Universidad de Toledo, licenciándose en 1844. La muerte, tras una larga enfermedad, le llegaría el 29 de agosto de 1874, a la edad de 51 años. Hasta entonces ejerció su actividad como abogado gozando de amplio prestigio entre los toledanos. De su biografía y obra escribió brevemente hace años el recordado Julio Porres Martin-Cleto. A lo escrito por él podemos añadir que fue nombrado abogado de la Beneficencia de Toledo en 1858, y Juez de Paz de la misma en 1865.
Pero no sería su actividad jurídica la que motivaría la adopción del acuerdo municipal de 1865 sino su extensa trayectoria intelectual, reflejada en un buen número de publicaciones de temáticas tan variadas como la historia, la literatura, la moral, la educación, la jurisprudencia, la economía… y el periodismo. Julio Porres, siguiendo a Pérez Pastor, recogió y comentó 19 obras de las que Martín-Gamero fue autor o coautor. Esa extraordinaria actividad le supuso el quebranto de su salud. Un contemporáneo lo expresó con la frase siguiente: “su continuo trabajar engendró el horrible padecimiento que le llevó al sepulcro”.
Su Historia de Toledo (1862) ha sido calificada como la primera historia moderna de la ciudad desarrollada con criterios científicos. El autor la vio publicada con tan solo 39 años pero venía editando trabajos desde 1849. En 1887, la Comisión Provincial de Monumentos, de la que había sido su Vicepresidente, al solicitar su inclusión en el callejero, definió a Antonio Martín-Gamero como “cronista de la ciudad, crítico imparcial y juicioso, arqueólogo erudito, jurisconsulto eminente, hablista consumado, [que] legó a su patria un monumento de gloria en la Historia de Toledo, la más completa de cuantas se han publicado hasta el día, y merece ocupar un lugar distinguido entre los escritores de nuestra época”. Basta ahora decir que, además de su libro sobre la historia toledana, estudió las ordenanzas municipales de la ciudad, el abastecimiento de agua a lo largo de su historia, o la presencia de Toledo en las obras cervantinas. Además propuso el nombre que hoy tiene nuestro precioso teatro. Su revista El Tajo (1866-1868), de la que fue fundador y director, recoge infinidad de cuestiones relacionadas con nuestro pasado. De entre sus raros folletos, podríamos mencionar aquí el dedicado a la familia de los “biblios” en el que revela el origen y desarrollo de las palabras bibliófilo, bibliómano, biblioteca, bibliotecario… (1870).
Antonio Martín-Gamero clasificó sus obras en tres tipos: Jurídicas, Poéticas y Literarias, e Históricas. Desde el Archivo Municipal hemos querido ofrecer a los ciudadanos copia digital de todas las publicaciones que de él se conservan, apoyándonos en la biblioteca del propio Archivo y en la Colección formada por Luis Alba a lo largo de su vida, con algunos ejemplares que no están en ninguna biblioteca pública o son muy difíciles de localizar. En esta web municipal se puede ahora acceder a toda la obra conocida de Martin-Gamero. El Ayuntamiento reconoce así, una vez más, la deuda contraída con este erudito del siglo XIX. Y ya indicamos que todo ello no habría sido posible sin el trabajo desarrollado por las personas contratadas en el Plan Extraordinario por el Empleo en Castilla-La Mancha, adscritas al Archivo, y sin la generosidad de Luis Alba que nos ha permitido incluir el retrato de Martín-Gamero contenido en una rara obra, de las que integran su segunda colección.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo