Muchos de nosotros recordamos con nitidez el día que recibimos la Primera Comunión en nuestra parroquia. En la nebulosa de los años infantiles lo acontecido en esa fecha se mantiene vivo amparado en la memoria de nuestros familiares y en las imágenes que lo atestiguan. Las fotografías que nos hicieron en ese día tienen un gran valor testimonial. Durante buena parte del siglo XX, para muchos niños esas fueron sus primeras fotos.
En la práctica totalidad de los hogares toledanos, en los álbumes familiares o en cuadros colgados en la pared o instalados sobre mesas o cómodas, se conservan esas fotografías de niños en traje de comunión realizadas por fotógrafos profesionales y, más recientemente, por los padres. El Ayuntamiento de Toledo ha querido reflejar esta tradición con la realización de esta exposición que recoge 202 fotografías que abarcan un siglo (1896-1996). Para ello nos hemos servido de dos colecciones. Las más antiguas, 81 imágenes, pertenecen a la Colección Alba, datadas en su mayoría en las tres primeras décadas del siglo XX, aunque existe una anterior realizada por el fotógrafo Higinio Ros. Las restantes 121 instantáneas, agrupadas como Colección Municipal, y ordenadas por nombres, se datan entre 1945 y 1996 y pertenecen a trabajadores y concejales del Ayuntamiento de Toledo que las han cedido generosamente para esta ocasión
Con estas imágenes pretendemos acercarnos a los niños que fuimos y a una etapa de nuestra vida y a un día concreto especialmente significativo. Las creencias religiosas, o de otro tipo, forman parte de la esfera privada de cada persona. Esta muestra no pretende recogerlas ni hacer defensa de ningún credo. Manifiesta un hecho cultural y social enraizado en las tradiciones de nuestra tierra y refleja un periodo de nuestras vidas en el que empezamos a ‘tener uso de razón” y pusimos rostro a los Reyes Magos.
Junto a estas líneas incluimos dos de esas fotos para abrir cada una de las colecciones. Estas imágenes de portada tienen su razón de ser. La de Luis Alba, por la inmensa labor que realiza sin descanso para recuperar el patrimonio de la ciudad. Y la de Pablo Carrasco porque refleja el sacrificio supremo al servicio de los toledanos pues años después perdería la vida cuando intentaba, como bombero municipal, apagar un incendio en el Hospital Virgen de la Salud el 30 de enero de 1987. A Luis y a Pablo va dedicada esta sencilla exposición.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo