Felipe III, por una pragmática firmada en Madrid el 9 de diciembre de 1609 ordenó la expulsión de los moriscos de España. Con esta disposición, que tardó algunos años en aplicarse de manera efectiva, se ponía fin a la presencia de personas libres de religión musulmana en nuestro país, iniciada con la invasión del año 711.
Los antecedentes de esta decisión podemos encontrarlos, posiblemente, en las capitulaciones firmadas en Santa Fe, el 25 de noviembre de 1491, que supusieron la anexión del Reino de Granada a la Corona de Castilla. Décadas después, Felipe II, por otra Pragmática, fechada el 17 de noviembre de 1566, intentó integrar a esa minoría con medidas en contra del uso del árabe y de sus costumbres. El malestar provocado hizo que en diciembre de 1568 se produjera la sublevación de los moriscos en las Alpujarras. Tras una dura campaña militar, las tropas mandadas por Don Juan de Austria consiguieron doblegar a los sublevados en el verano de 1570. El monarca decidió, en febrero de 1571, que todos los moriscos fueran expulsados del Reino de Granada trasladándoles a otras partes de Andalucía, de la Castilla mesetaria y de Extremadura.
Su distribución por las tierras castellanas supuso que los ayuntamientos de las localidades receptoras generaran muchos documentos dirigidos a controlar a los nuevos llegados en cumplimiento de otra Real Pragmática, esta vez de 26 de octubre de 1572. Entre esos documentos estarían los registros de moriscos esclavos o libres, con sus altas y bajas, los repartimientos de los libres entre las distintas poblaciones de acogida o destierro (como queramos denominarlo), las licencias para poder ausentarse de las poblaciones de acogida, los cuadernos de visita, los procesos contra los infractores… Todos ellos forman un conjunto de documentos de notable interés para el conocimiento de esta minoría en las décadas anteriores a su expulsión.
De ese complejo proceso ya dimos cuenta en un extenso artículo, que recogemos en esta web, titulado “La expulsión de los moriscos del Reino de Granada en los documentos municipales. Estudio archivístico”, Documenta & Instrumenta, 12 (2014) pp. 61-93.
En la actualidad, en el Archivo Municipal de Toledo, se conservan 166 unidades documentales, que ocupan varios miles de folios, relacionadas con su presencia en Toledo y datadas entre 1570 y 1643. Todas ellas han sido descritas y digitalizadas para poderlas ofrecer en esta exposición virtual que ahora presentamos.
El tipo de letra utilizado mayoritariamente en esos documentos, la denominada como procesal encadenada, no facilita su lectura por personas no especializadas. Aún así, hemos querido ofrecerlos todos como homenaje a esos españoles que fueron expulsados de su patria por tener otra fe y usar otra lengua, algo que debemos entender dentro del contexto de la época.
Singularmente, y como ejemplo, destacamos de entre todos los documentos ofrecidos un libro datado en el año 1573, intitulado en su cubierta como “Año de MDLXXIII. Libro del Registro de los moriscos que Su Magestad nuebamente manda hazer por su provisión y pramatica“. Y que nosotros lo hemos descrito como:
Registro de los moriscos esclavos de la ciudad de Toledo, alistados por parroquias, realizado en cumplimiento de la Pragmática de 6 de octubre de 1572, con expresión de sus nombres y el de sus propietarios, lugar de nacimiento, edad, descripción física y parroquia a la que pertenecen.
Junto con el registro mencionado sirvió también para anotar, en sus hojas finales, diferentes escrituras de horro (de libertad) y de contrato de servicios relacionadas con los moriscos y formalizadas ante las autoridades toledanas entre el 2 de julio de 1573 y el 26 de febrero de 1578. El libro, conservado en la actualidad en el Archivo Municipal con la signatura de Libro Mss., Sec. B, núm. 174, está encuadernado en pergamino y consta de 223 hojas de papel de tamaño folio, de las que 134 están en blanco.
Las descripciones que contiene ese registro no nos dejan indiferentes. Las personas aparecen descritas con pelos y señales, como entonces se registraba a los caballos. Un ejemplo tomado del folio 86 es el siguiente: “Luisa, natural de Ochanez, de hedad de quarenta años, herrada, de buen cuerpo, morena, un diente mellado, esclava de Hernán Pérez de Herrera”. Y herrada quiere decir que le habían colocado una marca seguramente en la cara. Lo habitual en estos moriscos que llegaron a Toledo es llevar una S y una T (u otras señales), en el rostro, marcados con hierro candente para indicar su condición de esclavos. Ella era morena pero no faltan moriscos descritos como rubios, zarcos (ojos de color azul claro), barbirrojos, blancos de rostro… Obviamente la mayoría de los que fueron distribuidos por Toledo y localidades colindantes eran moriscos libres, no esclavos. Recordemos que la esclavitud no sería abolida en España hasta muy avanzado el siglo XIX, tras sucesivos intentos por los gobiernos liberales progresistas.
La descripción de todos los documentos relacionados con los moriscos en Toledo entre 1570 y 1643 se incluyen en un anexo. Para acceder a las copias digitales de todos ellos es preciso pulsar en el siguiente enlace:
Acceso a las copias digitales de los documentos
Día Internacional de los Archivos – 2024
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo