El cristianismo está presente en la vida toledana desde los primeros siglos de nuestra era. La Catedral en su magnificencia no ha escondido nunca la belleza de pequeños templos desperdigados por toda la provincia en los que nuestros antepasados han pedido ayuda a Dios, nuestro Padre y Creador, le han dado gracias por los favores recibidos y han dejado muestras inequívocas de su fe en las ceremonias y actos religiosos en los que han participado. Las ermitas, las iglesias parroquiales, los templos conventuales o las capillas privadas utilizadas para el culto han conservado centenares, si no miles, de imágenes realizadas por artistas de toda condición y de estilos bien diferentes. Su contemplación provoca en muchos ciudadanos sentimientos y emociones tan personales e íntimos como inexplicables.
La devoción a esas imágenes, con sus diferentes advocaciones, ha dado lugar, incluso, a rivalidades entre los fieles toledanos de los distintos pueblos o parroquias. La reproducción de una determinada talla o pintura de un Cristo o de una Virgen, merced al uso de grabados, fotografías, postales, estampas…, fue un medio utilizado para la propagación de su culto, especialmente desde el siglo XVIII. En muchas viviendas particulares, y en sus habitaciones más principales, se colocaban en sus paredes estas reproducciones, debidamente enmarcadas, con la confianza, alentada por la fe, de que su presencia ayudaría y protegería a sus inquilinos. Las estampas, de formato más reducido, se guardaban en las carteras y bolsos. Lo importante era sentir cerca la presencia de la imagen que presidía la iglesia de la que eras devoto o la que te producía especial veneración. Y este culto a las imágenes religiosas, que alcanza su cénit en especiales ceremonias, como las que tienen lugar en Semana Santa o durante la celebración de alguna romería o procesión, forma parte consustancial del pueblo creyente toledano.
La Colección formada a lo largo de su vida por D. Luis Alba nos ha permitido recoger y reproducir casi 800 de estas imágenes que queremos poner a disposición de todas las personas interesadas. Para facilitar su consulta se han dividido en dos grupos, uno de imágenes de la ciudad de Toledo, organizadas por los templos en donde se conservan, y otro de localidades toledanas, ordenadas alfabéticamente (de Ajofrín a Yuncos).
La identificación, descripción, digitalización y organización de todas ellas ha correspondido a la archivera Eva Martín de la Cruz, a la que agradecemos el trabajo y la profesionalidad demostrada en esta tarea.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo