La Catedral de Toledo ha acogido este miércoles la inauguración de la exposición ‘Cisneros, arquetipo de virtudes, espejo de prelados’ que refleja la vida y obra del que fuera cardenal y arzobispo de la ciudad en el año en el que se conmemora el V Centenario de su muerte; una cita que ha contado con la asistencia de la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, y con las intervenciones del arzobispo, Braulio Rodríguez, y del deán, Juan Miguel Ferrer.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 18 de febrero de 2018, está compuesta por cerca de 350 piezas, entre documentos, pinturas, esculturas, orfebrería, tapices, entre otros, que ocupan el trascoro de la Seo Metropolitana en un espacio de 1.200 metros cuadrados. En ella, están representadas todas las artes de la época del cardenal.
Algunas de estas piezas provienen de otros lugares cisnerianos y de colecciones particulares de diferentes puntos de España, que nunca han sido expuestas, además del propio Tesoro Catedralicio, del Archivo Diocesano del propio Archivo Municipal.
La visita incluye, además, un recorrido por los espacios del Templo Primado que el cardenal mandó levantar o en los que medió para su construcción o remodelación, entre ellos destacan el Altar Mayor, la Sala Capitular, la Capilla Mozárabe y la nueva sala del Tesoro con la Custodia procesional de Enrique de Arfe.
Francisco Jiménez de Cisneros fue cardenal, arzobispo de Toledo y primado de España y tercer inquisidor general de Castilla, perteneciente a la Orden Franciscana. Además de confesor de Isabel la Católica, fue regente de la Corona de Castilla tras las muertes de Felipe el Hermoso y del Rey Fernando el Católico. Murió esperando la llegada de Carlos I, al que nunca llegó a conocer.
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