Es imposible concebir un mes de mayo o junio en Toledo sin el Corpus Christi y su Semana Grande. El año pasado las restricciones de seguridad sanitaria por la pandemia de la Covid-19 nos obligaron a suspender, casi por completo, toda actividad relacionada con esta celebración, pero en éste, las cosas han cambiado bastante. Cuando las crónicas futuras relaten cómo han sido estos duros meses deberán reflejar que los toledanos y toledanas, en beneficio de toda la comunidad, supieron adecuar sus fiestas más emblemáticas a cuantas medidas preventivas fueron dictaminando las autoridades competentes.
Llevamos unas semanas en que las curvas de incidencia del coronavirus están en franca mejoría. El proceso de vacunación avanza a un buen ritmo y ello nos ha permitido preparar una programa de fiestas reducido y adaptado al momento actual, pero que en esencia contiene todos esos elementos tradicionales, culturales, religiosos, festivos y emotivos que desde siglos atrás nos concitan a todos en este jueves florido, para expresar nuestro orgullo colectivo en torno a algo único, que nos define en todo el mundo y causa gran admiración en cuantos lo conocen por primera vez.
No es fácil sintetizar en unas pocas líneas lo que el Corpus Christi significa para los toledanos, porque cada uno de nosotros lo vive y siente de una manera bien distinta, acorde con sus convicciones y creencias íntimas, así como las experiencias personales que acumulamos en ese bagaje intransferible que va conformando nuestra relación con esta fiesta.
Reconozco que, como alcaldesa, jamás imaginé que habría de vivir unos Corpus tan atípicos como los que en estos dos años hemos gestionado desde el Equipo de Gobierno Municipal junto al Cabildo Catedralicio, al Arzobispado y la Junta Pro-Corpus. En 2020 no fue fácil suspender casi todas sus actividades. El dolor por cuantos toledanos y toledanas nos habían dejado, así como la responsabilidad por intentar contener la expansión de la pandemia, marcó aquella decisión.
La prudencia nos obliga a no bajar la guardia y así, afortunadamente, está siendo en cuantas actividades programadas por el Ayuntamiento ya se han celebrado en estos días. Pido que ese mismo sentido se mantenga hoy durante la exposición de nuestra Custodia de Arfe en la Puerta de Reyes de la Catedral Primada. Viviremos una jornada muy especial y muy emotiva. Todos sabemos que el Corpus, además de su componente eucarístico, es una gran fiesta de los sentidos. Y este año, aunque de una manera peculiar, lo seguirá siendo. Ahí están nuestras flores, nuestras bombas reales, nuestros balcones adornados, nuestras calles alfombradas de tomillo, nuestra tarasca, nuestros gigantones, nuestros fuegos artificiales,…
Esta tarde, los campanarios de Toledo ofrecerán un nuevo tributo al Corpus. Escuchar como tañen sus centenarias campanas será muy especial. Porque en esa bella sinfonía que sobrevolará de torre en torre, de espadaña en espadaña, irá, también, un sentido recuerdo a todos aquellos toledanos y toledanas que hemos perdido en estos dramáticos meses, así como a cuantos, desde los más diferentes puestos de trabajo, nos han cuidado y han contribuido a que nuestra capital haya transitado de aquellos negros días en la primavera pasada a las esperanzadas jornadas que vivimos hoy, cuando estamos viendo el resurgir del pálpito vital en todo Toledo. ¿Y acaso habría mejor forma de disfrutar de ese renacer qué con la celebración del Corpus?
Vamos dejando atrás tiempos muy complicados que nos están marcando a todos. Han sido muchas las pérdidas, humanas sobre todo, que estamos soportando. Necesitamos momentos felices, para querernos, para saber que no estamos solos, para notar cerca el cariño de nuestros seres queridos y de toda la comunidad, para entender que la vida sigue. Hay que dar pasos adelante, sin olvidar lo pasado, pero sabiendo que juntos podemos recuperar nuestro presente y ganar un futuro mejor. Estas fechas del Corpus, como antes apuntaba, son una buena oportunidad para ello.
Una ciudad se define por muchas cosas. Y entre ellas, una de las más significativas, son sus celebraciones festivas. El Corpus es, todos los toledanos lo sabemos bien, una síntesis perfecta de nuestra historia, nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestra cultura y nuestra forma de entender la grandeza de Toledo. Que una celebración así se haya mantenido durante siglos y que conforme han ido pasando los tiempos haya sabido adaptarse a ellos y enriquecerse año a año, es un sólido pilar que debe animarnos a seguir unidos y a apostar por potenciar todo lo bueno que, como comunidad y personalmente, tenemos. Hoy, viviremos un Corpus especial, distinto en la forma, para igual de intenso en su significado y pleno, como no, de emociones y esperanza para que en 2022, todo vuelva a ser, cuanto menos, igual o incluso mejor que antes de que esta pandemia nos golpease.
Toledanas, toledanos, ¡feliz Día del Corpus Christi!
Milagros Tolón Jaime
Alcaldesa de Toledo