El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados alertó sobre el peligro que representa para los desplazados rohinyás la temporada de monzones que empieza en marzo.
El área de Kutupalong, en Cox´s Bazar, se ha convertido en el asentamiento de refugiados más grande del mundo, advirtió hoy el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados durante una reunión en el Consejo de Seguridad sobre la situación humanitaria en Myanmar
En el transcurso de su intervención vía teleconferencia, Filippo Grandi advirtió sobre el peligro inminente al que se enfrentarán los refugiados rohinyás en Bangladesh.
“La temporada de monzones comenzará en marzo. Estimamos que 107.000 refugiados viven en zonas propensas a inundaciones o deslizamientos de tierra. Decenas de miles de refugiados vulnerables necesitan ser reubicados urgentemente ya que sus vidas están en peligro”, destacó.
Añadió que el Gobierno de Bangladesh dirige un esfuerzo masivo de preparación para emergencias, pero el apoyo internacional debe intensificarse para evitar una catástrofe.
Agradecimiento a Bangladesh
A continuación, Grandi expresó su gratitud por la protección y el apoyo que brindan el gobierno y el pueblo de Bangladesh a los refugiados procedentes de Myanmar.
“El Gobierno, en colaboración con organizaciones nacionales y locales altamente capacitadas, Naciones Unidas y otros organismos humanitarios, con apoyo de los donantes, han obtenido una respuesta impresionante”, dijo.
Sin embargo, manifestó que muchos refugiados continúan sufriendo condiciones precarias y situaciones de hacinamiento. Los brotes de enfermedades, como la difteria, se han resuelto tomando medidas determinantes, pero siguen comportando un riesgo significativo.
Siguen sin cumplirse las condiciones de retorno a Mynamar
El Alto Comisionado también reiteró que todavía no se cumplen las condiciones para la repatriación voluntaria de los refugiados rohinyás.
“Las causas de su huida no se han abordado, y todavía no hemos visto progresos importantes en la lucha contra la exclusión y la denegación de derechos que se han profundizado en las últimas décadas, debido a la negación de la ciudadanía birmana”.
Apoyo internacional para ambos países
Grandi destacó que abordar las causas profundas de violencia y discriminación sistémica que ha provocado la huida de cientos de miles de personas en varias ocasiones durante décadas, y garantizar soluciones a la crisis actual, requerirá un importante apoyo tanto a Myanmar como a Bangladesh.
“Será necesaria la implicación política internacional y los conocimientos técnicos y recursos financieros a ambos lados de la frontera para abordar las actividades humanitarias y de desarrollo”, señaló.
De cumplirse, estas medidas tienen el potencial de producir importantes beneficios en toda la región, ayudando a prevenir el extremismo, fomentando la estabilidad y estimulando el desarrollo económico, finalizó Grandi.