Se estima que unas 9.600 personas han cruzado la frontera desde que tropas etíopes atacaran sus aldeas hace dos semanas.
Malicha Doyo, una madre etíope de seis hijos, de 36 años, sostiene en brazos a su bebita Nuria, de cinco días de nacida, en un centro de recepción temporal en Moyale, al norte de Kenia en la frontera con Etiopía.
Malicha llegó con un embarazo avanzado y hambrienta desde el norte de Tuga hace 5 días luego de un estallido de violencia en Etiopia. Los refugiados indicaron que varias personas fueron asesinadas cuando las tropas etíopes atacaron sus aldeas en una redada de áreas de oposición.
El Gobierno de Etiopia afirma que sus soldados erróneamente asesinaron nueve civiles e hirieron a una docena de otros. Los soldados involucrados han sido desarmados y una delegación ha sido enviada a la región para investigar los asesinatos, agregó.
Cuarenta y ocho horas después de llegar a Moyale con su esposo y cinco hijos, Malicha entró en labor de parto de su sexto hijo.
Ella está conmovida y un poco llorosa, está complacida de haber dado a luz a la bebe Nuria de manera segura, pero está preocupada acerca de la situación en casa y del tiempo que tendrá que quedarse en Kenia.
“Estaba muy asustada que la bebe pudiese nacer mientras ella estaba en camino”.
Sentada a su lado, está la madre de Malicha, Darmigalma Boru, de 55 años, quien llegó a Kenia unos días después que su hija.
“Estaba muy asustada de que la bebe pudiese nacer mientras ella estaba en camino, pero gracias a Dios la bebe esperó hasta que ella llegó a una zona segura”, dijo.
Se estima que unas 9.600 personas han cruzado la frontera desde que tropas etíopes atacaran sus aldeas hace dos semanas. Más del 80 por ciento eran mujeres y niños, aproximadamente 1.500 de ellos eran niños por debajo de los cinco años. El flujo de personas incluía más de 600 embarazadas, personas de la tercera edad y personas con discapacidades.
Las identidades de aquellos que fueron asesinados en el ataque o como murieron, son desconocidas. Las autoridades etíopes afirman que están tomando pasos para restaurar la paz.
Las familias como la de Malicha dependen del Gobierno de Kenia y las agencias humanitarias. El ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está trabajando con otras agencias como UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos, la Cruz Roja Kenia, Save the Children, World Vision y Concern para cubrir las necesidades más urgentes.
“Estamos agradecidos por la asistencia que hemos recibido”.
Agua, comida y materiales para el albergue están siendo distribuidos y el cuidado médico está siendo provisto por organizaciones humanitarias. Servicios de higiene y saneamiento están en construcción para prevenir enfermedades.
“Nos fuimos sin nada y no comimos nada durante los dos días que nos tomó llegar a Moyale”, afirma Darmigalma. “Estamos agradecidos por la asistencia que hemos recibido, las sabanas de plástico que hemos usado para hacer nuestras casas, la comida y otros artículos básicos tales como utensilios de cocina”.
El Gobierno de Kenia, con ayuda del ACNUR, está llevando a cabo un registro biométrico de aquellos de han llegado. Registrar a los solicitantes de asilo ayudará al gobierno y a las agencias humanitarias a abastecer a los desplazados e identificar a aquellos con necesidades especiales que el ACNUR y otras agencias puedan ayudar a cubrir.
Las personas de la localidad también han demostrado ser una mano amiga. Halakano Rare, quien vive en una zona cercana, le ofreció a la familia de Malicha un lugar donde quedarse luego del nacimiento de Nuria.
“Aunque ellos estén viviendo en otro país, si ellos vienen a nosotros buscando seguridad, entonces tenemos que asistirlos”.
“Les dije que la bebé necesita un ambiente seguro” el dijo a ACNUR. “Entonces decidí ayudarlos con refugio hasta que puedan encontrar un mejor lugar para vivir. Somos vecinos y una misma comunidad. Aunque ellos estén viviendo en otro país, si ellos vienen a nosotros buscando seguridad, entonces tenemos que asistirlos”.
Malicha y Darmigalma dicen que están felices y se sienten seguras en Kenia. Sin embargo, esperan volver a casa una vez que sea seguro hacerlo. “Etiopia es nuestro país, y siempre y cuando haya paz, regresaremos”.
Por Rose Ogola
Fuente: http://www.acnur.org