Las obras, cuyo contratista es FCC y Aqualia, tienen un coste de un millón y medio de euros y suponen el proceso de tapado y cubrición de las instalaciones con el fin de evitar los malos olores.
El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, se mostró muy orgulloso de que el gobierno municipal haya acometido estas obras “que podían haberse hecho hace 20, 15 o 10 años y, sin embargo, el proyecto se ha redactado tan solo hace tres años, en esta legislatura”.
A este respecto, Emiliano García-Page, recordó que el Plan de Ordenación Municipal contemplaba la construcción de una segunda depuradora en la misma zona para prestar servicio a los desarrollos empresariales y urbanos y que fue su gobierno municipal el que tomó la decisión de que la misma no se construyera.
“Este es un dinero bien invertido, no solo en cuanto a la salud sino a la propia calidad de vida de los vecinos porque el barrio del Polígono era el gran olvidado y discriminado, incluso en cuanto a los olores”, añadió.
García-Page también aseguró que el Ayuntamiento aborda estrategias para erradicar por completo los olores que provienen por la fábrica de piensos la cual se encuentra sometida a vigilancia permanente.
Las obras de tapado de la depuradora han incluido la instalación de unas puertas automáticas, una estación de bombero del agua bruta, un pretratamiento, un tratamiento biológico, una decantación primaria y un espesamiento de fangos. Además, se ha producido una remodelación de conductos de extracción de gases y sistemas de ventilación y se ampliarán los sistemas de tratamiento de los gases existentes. Por otro lado, se están construyendo instalaciones de almacenamiento y dosificación de aditivos de desodorización así como un sistema de vigilancia y control de olores.