Impactos de los programas rurales del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento en Nicaragua - Ayuntamiento de Toledo

La Agencia Española de Cooperacion (AECID) ha impulsado, en los últimos años en Nicaragua, dos programas en el Golfo de Fonseca y en el departamento de Chinandega que han mejorado el acceso al agua y al saneamiento de 30.000 personas. Ambos han priorizado el enfoque de género, incrementando el liderazgo de las mujeres en la gestión.

El disfrute de los derechos humanos al agua y al saneamiento se hace más difícil en las zonas rurales. De ahí que el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la Cooperación Española considere prioritarias estas áreas. En la región del Golfo de Fonseca y en Chinandega (Norte de Nicaragua) han concluido dos programas que han conseguido mejorar el acceso a agua a más de 30.000 personas.

El primero de ellos, en Chinandega, se ha desarrollado con el apoyo de la ONG Alianza por la Solidaridad y de 6 de los municipios del Norte. Ha priorizado el componente social y comunitario, la coordinación institucional, la protección ambiental y las obras de infraestructura. En total, se han construido o rehabilitado 21 sistemas de agua y 2.227 letrinas. 34 comités comunitarios que gestionarán este recurso están legalizados.

Se trata de un proyecto que destaca por su componente de género, que ha conseguido romper las brechas históricas que existen en la gestión del agua. Actualmente, muchas de las juntas cuentan con mujeres en sus directivas o que están trabajando no sólo como tesoreras, sino como fontaneras, puestos habitualmente copados por varones. “Dudaban que iba a funcionar porque decían que este trabajo era de hombres. Pero no sólo los hombres pueden hacerlo”, explica Francisca Sánchez, tesorera de uno de los Comités de Agua y Potable creados.

El Golfo de Fonseca acoge el otro de los programas, que ha sido ejecutado con la  colaboración de la ONG Amigos de la Tierra y la Fundación Líder. En él se ha impulsado infraestructuras (12 sistemas instalados o rehabilitados), formaciones a funcionarios/as, fortalecimiento de las capacidades locales y la promoción de la equidad de género. El 57% de las mujeres participan, por ejemplo, en las Juntas de Agua.

En total, se han legalizado 13 comités de gestión y 10 microcuencas cuentan con acciones de protección de las fuentes de agua. Dos de las cuencas realizaron planes de gestión integral del recurso hídrico. La intervención también se realizó en las escuelas, con campañas de sensibilización. Además, se fortalecieron iniciativas económicas que tienen que ver con la protección del recurso hídrico y se fortalecieron con material y capacitaciones a 8 brigadas forestales, con el objetivo de luchar contra los incendios.

Los resultados para la comunidad son bastante evidentes: “La llegada del agua ha supuesto una disminución de la parasitosis. Ya no tenemos malaria ni mueren los niños por diarrea”, explica Xochilt Garza, delegada del Ministerio de Salud en el Municipio de San Pedro del Norte.  Para uno de los profesores de la localidad de El Viejo, Darwin Ariel Ochoa, esta iniciativa ha traído, también, mejoras para sus escolares: “Antes los niños no venían a casa porque sus padres y madres les mandaban por agua. Ahora ya los mandan a la escuela”.

Fuente: http://www.aecid.es