García-Page consideró que el hecho de que la II Semana de la Solidaridad se inicie con esta actividad es porque “creemos que es insuficiente el grado de solidaridad que hay en el mundo en que vivimos” y valoró como “un síntoma de salud para la sociedad no resignarnos con autocomplacencia o con un cierto grado de solidaridad”.
El alcalde, quien se acompañó en la mesa por el Delegado en Toledo de la Fundación Vicente Ferrer, Martín Hernández, y por los socios de la fundación y amigos personales de Ferrer, el Padre Ángel y Ana Rodríguez Mosquera, recordó que en España también hay pobreza y reflexionó sobre el término injusticia el cual asoció a la condición humana.
“La injusticia es básicamente una obra humana, no de ningún Dios. La injusticia supera cualquier barrera ideológica y moral pero aprendí con Vicente Ferrer que tiene solución”, aseveró.
Sobre el homenajeado, dijo ser un “pozo de sabiduría” y alabó el hecho de que su labor haya sido transmitida a su esposa y su hijo, los cuales continuarán con la misma.
García-Page aseguró que el trabajo de Ferrer para erradicar la pobreza es un ejemplo a seguir por los gobiernos, las religiones y las ONG`S. En este sentido dijo que su labor es “cooperación en estado puro”.
En el homenaje, el alcalde hizo entrega de una placa al Delegado de la Fundación Vicente Ferrer en Toledo, porque “dedicó y arriesgó su vida por erradicar el sufrimiento”, según dijo la concejala de Cooperación y Solidaridad, Rebeca Ruiz.
Por su parte el Padre Ángel reivindicó mayor atención institucional a la figura de Vicente Ferrer “porque fue una de las personas más importantes del siglo XX”.
Ana Rodríguez Mosquera calificó a Ferrer como una “persona extraordinariamente solidaria e inteligente” y enjuició positivamente su “ambición por los demás” y su espíritu “progresista”, en lo relativo a la mujer.
La Fundación Vicente Ferrer nación en el año 1969.