La presentación del anteproyecto “Take me to the River”, del estudio de arquitectura Burgos & Garrido, ganador del concurso de ideas organizado entre el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Tajo en el mes de noviembre del año 2007, se produjo en el Museo Victorio Macho de Toledo y en él, García-Page, puso de manifiesto que este anteproyecto, “al que siempre se podrán añadir ideas”, junto con el desarrollo industrial de la ciudad, son dos de los asuntos más importantes a abordar por parte del Gobierno Municipal.
El alcalde consideró que la ciudad se encuentra frente a la recuperación de las riberas del Tajo, “ante un esfuerzo y una estrategia de largo recorrido” y solicitó prudencia porque “parece razonable que si se ha vivido 40 años con actitud resignada, se necesite al menos un tercio de este tiempo para reincorporar el río a la ciudad”.
García-Page consideró como una pieza clave la limpieza del agua del río porque “no tendría sentido decirle a los ciudadanos que se acerquen al río para llorar”. En este orden de cosas reiteró que “el trasvase supone una auténtica hipoteca” y que la limpieza del río pasa por el aumento su caudal y porque el agua venga depurada de la vecina comunidad de Madrid.
El alcalde relacionó la ordenación urbana que ha tenido la ciudad con el propio río y, en este sentido, aseguro que “no será fácil tener un río sostenible con una ciudad insostenible” ante el hecho de que “Toledo es una ciudad urbanísticamente alocada”. Así, argumentó que Toledo es “una ciudad archipiélago” en donde es complicado ofrecer servicios al ciudadano como el transporte urbano, al estar muy alejados unos barrios de otros. “El autobús en Toledo hace al año 85 veces la vuelta al mundo”, subrayó, a la vez que consideró necesario vertebrar los cinco núcleos urbanos existentes.
En este sentido, el alcalde consideró que los principales condicionantes que han provocado este desorden urbanístico en la ciudad han sido la protección del propio Casco Histórico y su paisaje, el hecho de que la ciudad “no haya sabido dialogar con su río”, la ubicación de la zona de la Fábrica de Armas, la inapropiada gestión del suelo así como la decisión de ubicar la zona industrial a más de 11 kilómetros del centro de la ciudad.
El alcalde se mostró satisfecho de que hoy exista una decisión “irreversible” sobre cómo relacionarse con el Tajo y considero importante decidir cuál será la relación y los usos de los ciudadanos con el río. Ante esto, confió en que las generaciones futuras “no se resignen a tener un Tajo limpio”.
García-Page ofreció mucha importancia al acuerdo político e institucional en torno a este asunto porque, según dijo, este proyecto abarcará varias legislaturas en las que “Toledo no debe rechazar debates ambiciosos”.