Así lo manifestó en el acto celebrado hoy contra la Violencia de Género en el Paseo de Merchán donde se ha leído un manifiesto y se ha celebrado un acto colocando velas junto al Monumento a la Mujer de Alberto Sánchez.
Según la concejal de Igualdad, durante este mes de diciembre “vamos a organizar un mínimo de seis talleres para la prevención de la violencia de género”. Esto talleres irán dirigidos al público en general, a los profesionales de la comunicación y a los institutos de enseñanza de Toledo.
Ana Verdú anunció también que “hay programas desde el Instituto de la Mujer a los que se va a adherir el Ayuntamiento no solo para que la mujer sepa donde dirigirse sino para que sepa detectar a tiempo dónde hay violencia”.
Por otro lado Verdú dijo que “estamos dando más dinamismo al Consejo de la Mujer” ya que en los cinco meses del nuevo Equipo de Gobierno, se ha reunido en tres ocasiones porque “me interesa muchísimo que este Plan de Igualdad esté consensuado con todas y con todas”.
Por otra parte el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Toledo, Aurelio San Emeterio, leyó un manifiesto contra la violencia de género en el que insistió que “es inadmisible que la sociedad del conocimiento, la sociedad de los avances tecnológicos y la sociedad de la globalización, conviva con algo tan primitivo e irracional como es la violencia que sufren miles de mujeres”.
“Los hombres, ante este tipo de violencia, no pueden quedar callados y tienen que decir No a la Violencia Machista, para que el silencio no les haga cómplices de esta aberración social”, aseveró el edil.
Manifiesto Integro
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1993, mostraba el reconocimiento y la comprensión internacional al denunciar que esa actitud es una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación.
Catorce años después, en 2007, la violencia hacia la mujer adopta formas diversas y perversas; violaciones, prostitución, precariedad laboral, asesinatos por razones de honor, por la dote o mutilación genital, y está íntimamente vinculada a la desigualdad entre hombres y mujeres en los ámbitos social, económico, religioso, político y cultural.
La violencia de genero es un hecho social y cultural. A lo largo de la historia –y todavía hoy- se ha identificado al hombre con la fuerza y a la mujer con la sumisión (hasta el 2 de mayo de 1975, el código civil español hablaba de la obediencia que la mujer debía al marido).
La educación, los valores y los estereotipos aprendidos socialmente tienen mucha influencia en la actitud de una parte de la sociedad que justifica, niega o minimiza la violencia de género. Cambiar los estereotipos y valores vigentes supone un proyecto concreto de educación a largo plazo, para prevenir y erradicar la violencia de género.
Se puede detectar a un maltratador físico o psicológico mucho antes de producirse hechos que le delaten. Son hombres fundamentalmente posesivos que ejercen mucho control sobre la mujer: sus salidas y entradas, sus compañías, su vestuario, los gastos, su relación social, sus llamadas telefónicas –ya sea de amigos o familiares-, y el menosprecio ante terceros…
La Ley Integral contra la Violencia de Género, puesta en marcha en 2004, establece medidas de protección integral dirigidas a la prevención, la sanción de conductas punibles, la erradicación de ese tipo de agresión física o psicológica y la prestación de asistencia a las victimas. Recoge en la redacción de su texto todas las formas de violencia de género, amenazas, coacciones, o privación arbitraria de libertad.
La Ley fortalece las medidas de sensibilización ciudadana de prevención, dotando a los poderes públicos de instrumentos eficaces en el ámbito educativo, servicios sociales, sanitarios, publicitarios y mediáticos.
Pero ninguna ley consigue sus fines de manera satisfactoria, ni de forma inmediata, sin que se extienda plenamente en el tejido social al que se dirige. Por ello, y como requisito indispensable para que la Ley sea totalmente eficaz, toda la sociedad española debe esforzarse, tanto a nivel individual como colectivamente, por manifestar su rechazo absoluto a la violencia de género, previniendo y educando para desechar el silencio, la complicidad, el oscurantismo y la crueldad que emana de esta actitud reprobable contra las mujeres.
Es inadmisible que la sociedad del conocimiento, la sociedad de los avances tecnológicos y la sociedad de la globalización, conviva con algo tan primitivo e irracional como es la violencia que sufren miles de mujeres.
Los hombres, ante este tipo de violencia, no pueden quedar callados y tienen que decir NO A LA VIOLENCIA MACHISTA, para que el silencio no les haga cómplices de esa aberración social.
Sin embargo, un año más, en este día, EL Consejo Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de Toledo quiere renovar su firme compromiso en la lucha contra la violencia de género y reafirmar, de nuevo, nuestra solidaridad incondicional con las victimas de esta terrible lacra, que precisa de la suma de todas las voluntades para que sea erradicada, de una vez por todas, de nuestras vidas; por el bien de la convivencia y la tolerancia entre hombres y mujeres.