El perfil del cooperante español corresponde al de una mujer madrileña mayor de 35 años que trabaja en una ONGD en África Subsahariana, según un estudio elaborado por la Agencia Española de Cooperación (AECID) en 2017.
En concreto, 2.599 profesionales españoles trabajan actualmente en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo en el exterior.
Las mujeres que trabajan en cooperación para el desarrollo en el exterior constituyen el 55 por ciento del total.
Por edades, el 81 por ciento de los profesionales españoles son mayores de 35 años.
En cuanto a las zonas geográficas de trabajo, la mayoría, un 43 por ciento de los trabajadores, desarrolla su labor en África Subsahariana.
Mientras, el 26 por ciento está asentado en América del Sur, el 15 por ciento en América Central y Caribe, el 8 por ciento en Oriente Medio y Próximo, 5 por ciento en el Magreb y un 3 por ciento en la región de Asia y Pacífico.
La mayor parte de los españoles que se dedican a la cooperación para el desarrollo en los países receptores de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) -el 38 por ciento- es personal religioso.
El segundo grupo mayoritario (30 por ciento) trabaja bajo la coordinación de Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo (ONGD), mientras que el 13 por ciento del total trabaja para organismos internacionales dedicados a la cooperación.
El 8 por ciento de los españoles destacados en el terreno trabaja para la Agencia Española de Cooperación (AECID).
En cuanto al lugar de origen de los profesionales de la cooperación en el exterior, el colectivo más numeroso procede de la Comunidad de Madrid (19 por ciento del total).
Cataluña es la segunda comunidad de origen, con un 15 por ciento, seguida de Castilla y León (14 por ciento) y Andalucía (12 por ciento).
El informe elaborado por la Cooperación Española recoge los datos de aquellas personas registradas en las embajadas y consulados españoles en aquellos países susceptibles de recibir Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
Se trata de profesionales que trabajan en sectores de cooperación que abarcan, desde el desarrollo económico y la gobernabilidad democrática hasta la acción humanitaria, pasando por el trabajo en servicios básicos como salud, educación y seguridad alimentaria, agua y saneamiento, medio ambiente y cultura para el desarrollo.
La Cooperación Española ha hecho público este estudio con motivo de la celebración del Día Mundial del Cooperante, mañana, 8 de septiembre, con el objetivo de reconocer la labor de los profesionales de la cooperación y la difusión de los valores que representan en la lucha por la erradicación de la pobreza.
Esta celebración de carácter anual se estableció en 2006 por real decreto coincidiendo con el sexto aniversario de la firma de la Declaración del Milenio.
Fuente: http://www.eldiario.es