Las sanciones oscilan entre los 600 y los 6.000 euros en función de la gravedad de los hechos, explicó el edil, quien afirmó que el Consistorio toledano está trabajando para “atajar con firmeza” este problema, para lo cual se ha dado órdenes a la Policía Local para que tenga una especial vigilancia sobre determinadas tiendas que realizan esta práctica.
El objetivo municipal es triple, primero obligar a los establecimientos comerciales a cumplir los horarios de venta de alcohol, luego vigilar la venta a menores de edad y sancionar a los establecimientos que incumplan las normas.
Perezagua insistió en que este tipo de conductas “no pueden ser permitidas” y que desde el Ayuntamiento de Toledo “no va a haber flexibilidad”, por lo que se estará muy vigilante con la Policía Local para conseguir el máximo cumplimiento de las normas establecidas a las tiendas para la venta de alcohol.