Emiliano García-Page ha explicado hoy en rueda de prensa la posición del Ayuntamiento de Toledo en la defensa de los intereses de los ciudadanos y su propósito de destapar “el engaño” del Ejecutivo autonómico con el anteproyecto del Hospital “que de universitario sólo le han dejado el nombre”.
En este sentido, “es incomprensible” que la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, “que en la oposición no criticó el primer proyecto de hospital porque fuera grande o pequeño, sino porque llegaba tarde, y que incluso prometió otro en La Sagra, lo primero que hiciera al llegar a la Junta fuese paralizar el proyecto para introducir un factor de negocio que nos resulta francamente intragable”.
Esta primera decisión de suspender el desarrollo del proyecto “es sospechosamente irregular y por eso acumula denuncias”, ha dicho el alcalde, quien ha añadido que esta decisión provocó también “un bajonazo” en el empleo y en la economía de la ciudad y le ha seguido una estrategia de “demonizar un proyecto que les parecía faraónico sólo cuando han tomado el poder, porque hasta entonces les parecía tardío”.
Beneficio privado
García-Page ha lamentado que el actual Gobierno nunca haya entendido que las grandes inversiones se tienen que hacer con la perspectiva de varias décadas y ha denunciado que el único objetivo de esta paralización es “introducir un modelo en el que alguna empresa se forre a costa de la salud de los toledanos”.
Para García-Page “la primera gran mentira de Cospedal” es que el nuevo hospital, con el modelo inicial, iba a suponer un coste de 1.612 millones de euros tanto su construcción como su gestión; pero con el “modelo ‘para ahorrar’ de Cospedal” va a costar 2.275 millones de euros. Es decir, “Cospedal va a cargar en los castellanomanchegos un sobrecoste de 663 millones de euros”.
Ha insistido en que el modelo que se propone ahora “es mucho más caro” y supone que una empresa que invierta apenas 70 millones de euros se embolsará más de 500 millones, porque se establece un beneficio del 13%, lo que no se recoge actualmente en ningún contrato de gestión.
Otra de las “mentiras” que desvela el anteproyecto, y sobre lo que alega el Ayuntamiento en el documento que ha remitido al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, es la disminución del número de camas en el nuevo Hospital con respecto al actual Hospital Virgen de la Salud, cuando el anterior proyecto de Hospital General preveía un incremento de 200 camas más.
Para el alcalde es totalmente ilógico que un hospital moderno y llamado a ser referencia en la región disponga de menos camas que el que actualmente presta servicio en la ciudad, con cuarenta años de antigüedad y construido en la época franquista. “Esta decisión sólo puede ir a costa de la atención sanitaria que reciban los toledanos”, ha recalcado.
Crecimiento poblacional
La siguiente alegación municipal denuncia que el anteproyecto no prevé el crecimiento vegetativo de la población de Toledo y su área sanitaria y, aunque se reconoce prácticamente la duplicidad del número de habitantes mayores de 65 en los próximos 20 años, “no se contempla aumentar su capacidad para atenderlos”.
También se recogen incongruencias con respecto a las proyecciones poblacionales pues para el año 2021 se determina una población menor que en la actualidad “sólo para justificar el negocio… ¿alguien puede entender esto?”, se ha preguntado el alcalde.
García-Page ha destacado que de la lectura del anteproyecto se desprende que el Hospital de Nacional de Parapléjicos (de referencia nacional en este ámbito), pasará a formar parte del Complejo Hospitalario de Toledo, perdiendo su actual autonomía, lo que puede poner en riesgo el futuro del mencionado Hospital de Parapléjicos.
Para el alcalde, “estamos a tiempo de que se rectifique y cambiar un modelo que se basa en despidos, precarización del empleo y del servicio, menos camas y un sobrecoste de 663 millones de euros, en definitiva, menos hospital y más gasto”.