Las obras consisten básicamente en la restitución del firme de la acera, que estaba cuarteado y roto por el paso de los autobuses, y en la delimitación de un espacio para que estos vehículos puedan realizar las operaciones de carga y descarga en condiciones de seguridad y sin necesidad de subirse al bordillo.
Los trabajos, que comenzaron ayer, podrían estar concluidos a finales de semana, siempre y cuando las inclemencias meteorológicas no impiden su normal desarrollo.
Se trata de una pequeña intervención pero que ejemplifica el compromiso del equipo de Gobierno con la reparación del entorno urbano y el cuidado de los detalles para contribuir a la calidad de vida de los toledanos. En este caso, además, se arregla una zona especialmente sensible por la que pasan diariamente cientos de visitantes y turistas.