El Ayuntamiento de Toledo se suma este jueves 10 de octubre al Día Mundial de la Dislexia iluminando la fachada de la Casa Consistorial de color azul turquesa; color elegido por la Federación Española de Dislexia para representar a todas las personas que padecen esa enfermedad.
Una petición realizada al Gobierno municipal por la Asociación Distolexia de la capital regional con la que Toledo se adhiere a otra muchas instituciones y ciudades españolas que conmemorarán este día para apoyar al 10 por ciento de la población que padece este trastorno iluminando sus edificios más emblemáticos de color azul.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños y niñas que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural, y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Dificultades de la dislexia
Las personas disléxicas manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión.
El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con el sistema educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo que el escolar disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
La persona disléxica debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas.