Con motivo del Día Nacional del Celiaco este 27 de mayo, el Ayuntamiento de Toledo iluminará de color verde el baño de la Cava, la puerta de Alcántara, el paseo Federico García Lorca y las fuentes de la ciudad para mostrar su apoyo y solidaridad hacia las personas celiacas y visibilizar la enfermedad que afecta al uno por ciento de la sociedad española.
La celiaquía se caracteriza por una inflamación de la mucosa del intestino delgado como consecuencia de una intolerancia inmunológica y permanente al gluten ingerido de la cebada, del trigo, el centeno y, en aquellos que tienen predisposición genética a sufrir la enfermedad, también a la avena.
Esta enfermedad digestiva y genética causa lesiones en el intestino delgado y provoca que se altere la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos. Las personas que la padecen suelen presentar una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino que ocasiona la dificultad de absorber los micronutrientes.
Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento; aun así, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico.
Según la Universidad Autónoma de Madrid, en torno a un tercio de la población sana tiene una predisposición genética a padecer esta enfermedad, y aunque era considerada un trastorno típicamente infantil, lo cierto es que afecta a todos los grupos de edad, incluidos los ancianos. Además, más del 70 por ciento de los nuevos casos diagnosticados se producen en edades superiores a los 20 años.
El único tratamiento que hay para la celiaquía consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva la normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria.