La obra de Eduardo Chillida, que se encuentra situada en la Plaza de Alfonso VI, junto a la Puerta de Bisagra – según los deseos que el escultor plasmó con el Ayuntamiento de Toledo en el año 1981 – será puesta en valor, reparada y reubicada en el mismo lugar porque, según dijo el alcalde, “Toledo gana y gana mucho con la voluntad de la familia para arreglar un problema que nunca tendrá que haberlo sido”.
Emiliano García-Page pidió disculpas a la familia de Eduardo Chilllida “por lo que ha sido un recorrido complicado, tortuoso pero que hoy tiene un final feliz”.
También les transmitió que “Toledo siempre ha querido a Chillida y siempre se ha valorado su obra y esta escultura”, pero, dijo el regidor municipal, este asunto no ha sido siempre un asunto comprendido por el gobierno municipal.
“Toledo tiene que reflexionar y aprender la lección de que episodios como los que hemos vivido en los últimos años, no pueden repetirse. Porque lo que nadie discute es que la convivencia de la escultura en Toledo, su valor y su aportación, no puede ser durante tantos años objeto de problemas”, aseveró García-Page.
En cuanto al hecho de que la escultura se incorpore a los bienes patrimoniales de la ciudad, García-Page comentó que “Toledo necesita presencia y aportaciones patrimoniales y culturales de hoy, de actualidad”. Por ello, puso en valor la escultura de Chillida como la mejor aportación del siglo XX a la ciudad. “Las generaciones de hoy tenemos que dejar, al menos, las mismas huellas que dejaron nuestros antepasados”, dijo García-Page.
“Por tanto es comprensible y asumible por la ciudad y por el Ayuntamiento que iniciemos una estrategia como en su día se pensó para la incorporación, la compra y la instalación de más obras escultóricas en la ciudad de Toledo”, comentó.
El alcalde de Toledo dio las gracias al grupo Tormo por su “apoyo e iniciativa” y finalizó haciendo hincapié en que “pasaremos página de los conflictos y hoy queda el recuerdo de uno de los mejores escultores de este país y probablemente de este planeta”.
Por su parte el hijo de Eduardo Chillida, Luís Chillida, dijo que hoy es la “culminación de un largo trabajo, de un largo camino” y que finalmente, en el convenio rubricado se da cumplimiento a la obligación que Toledo asumió en su día con el escultor donostiarra.
Su madre, la viuda de Eduardo Chillida, Pilar Belzunce, se mostró “emocionada y feliz” porque “Eduardo tenía el deseo de tener aquí esta obra”.
Por su parte, el director general de Patrimonio, Enrique Lorente comentó que la situación en la que se encuentra la escultura es “insostenible” y felicitó al Ayuntamiento de Toledo “porque ha conseguido desbloquear una situación sangrante”.
El convenio firmado hoy ha sido el resultado de las negociaciones con la Junta de Comunidades, a través de la Dirección General de Patrimonio, el Ayuntamiento de Toledo y la familia Chillida.