Esta delegación internacional está compuesta por las comunidades judías de Grecia, Salónica, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Rumanía, Bulgaria, Turquía, Serbia e Israel.
El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, se mostró muy orgulloso de recibir a esta delegación y recordó el compromiso adquirido de alcanzar un hermanamiento con Jerusalén, fruto del viaje realizado hace unos meses con el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.
García-Page mostró a los presentes el legado sefardí que pervive en Toledo. Ciudad que, según manifestó, “tiene sangre judía”.
El alcalde reiteró que Toledo simboliza el encuentro entre distintas civilizaciones y religiones y explicó el papel fundamental jugado por la Escuela de Traductores para unir a Oriente y Occidente.
García-Page señaló que la capital de Castilla La Mancha “fue también ejemplo de intolerancia e intransigencia, que hoy rechazamos, así como conductas discriminatorias por condiciones de raza o religión”.
“No puede haber religión que predique el odio”, apostilló.
El alcalde entregó al Ministro de Asuntos Exteriores de Bosnia-Herzegovina el libro “Chorographia del río Tajo”, de Luis Carduchi y éste le regaló un cuadro artesano que refleja una panorámica de Mostar.