La intervención de San Cristóbal, donde se encuentra uno de los mejores miradores del suroeste del Casco Histórico, se enmarca en la estrategia del equipo de Gobierno de adecentar los rodaderos de la ciudad, de tal forma que en unos diez años “todos los taludes de la ciudad presentarán una cara distinta a la que hemos conocido durante generaciones”.
San Martín o el Corralillo de San Miguel son sólo dos ejemplos de las intervenciones que ya se han llevado a cabo y que en algunos casos consisten en la aplicación de una cubierta vegetal o en su consolidación con empedrado y dejando lugar a la masa arbórea. El objetivo es que poco a poco “vayamos transformado unos rincones que, en superficie, ocupan un gran espacio en la ciudad”.
Por su parte, Fernando Ledesma ha destacado que la Real Fundación mantendrá su compromiso de colaborar conjuntamente con otras instituciones y organismos para mejorar la calidad de vida de los toledanos “porque Toledo nos tiene permanentemente de su parte y porque estamos convencidos de que la cooperación entre administraciones públicas y la sociedad civil es el mejor camino para avanzar en bienestar social”.
Evelino Acevedo ha expresado la satisfacción de la Fundación que dirige por realizar estas intervenciones, cumpliendo así el objetivo de la misma de contribuir a la integración laboral de colectivos en riesgo de exclusión o con dificultades para su inserción en el mundo laboral.