Este documento de mínimos sobre el Tajo, que estará ultimado a finales de verano, se basará en los argumentos técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo, ha dicho García-Page, quien ha afirmado que “tenemos todas las razones y vamos a hacer un esfuerzo para intentar llegar a un acuerdo que deje muy claro dónde hay que colocar la estaca”.
El alcalde, que ha inaugurado esta mañana una nueva rotonda en el Polígono, se ha mostrado dispuesto a situar un medidor en el río para ofrecer a los ciudadanos una información del caudal que baja por Toledo todos los días del año “para que nadie se llame a engaño y nadie frivolice con un problema tan serio como es este”.
Una cloaca
García-Page ha lamentado que hayan tenido que morir cientos de peces “para que algunos se den cuenta de cómo viene el río y para que todo el mundo recuerde que el río está enfermo desde hace más 30 años”. Desgraciadamente, el episodio de hace diez días y su difusión en los medios de comunicación a nivel nacional ha permitido que todo el mundo advierta “la cloaca en la que se ha convertido el Tajo a su paso por Toledo”.
Por eso, este pacto sobre las condiciones mínimas de calidad y cantidad que los ciudadanos de Toledo exigirán para el Tajo a su paso por la ciudad permitirá comprobar si existe una verdadera voluntad de los responsables públicos de las diferentes administraciones en defender los intereses del río y de los toledanos.
En este sentido, García-Page ha recordado que él siempre ha sido beligerante con los ataques que ha recibido el río, mostrando su oposición a cualquier trasvase, demostrada en sucesivos recursos a las decisiones del Gobierno central independientemente del partido que lo sostuviera.