Un brote de ébola en República Democrática del Congo dispara las alarmas. Nuestro compañero Tajudeen nos cuenta cómo está la situación.
Ir al epicentro de un brote de ébola no es fácil, hay que prepararse mentalmente para ello. De hecho, cuando les dije a mis compañeros de Kinshasa que iba al lugar donde se ha producido el último brote, pude notar la aprehensión en sus caras.
Afortunadamente, tenemos un protocolo muy claro en la oficina. Nos aseguramos de que los trabajadores que van a una zona de contagio tienen un kit individual de protección, sin importar lo cerca o lejos que estén del foco.
Después de un vuelo corto desde Kinshasa, llegamos a Likati, un lugar muy remoto de República Democrática del Congo (RDC) donde el brote de ébola ha matado ya a 3 personas.
Tenía muchas ganas de ver cómo las autoridades locales están respondiendo a este brote. Tardamos media hora en encontrar un sitio en el que aterrizar. Apenas hay carreteras en la zona, así que fuimos en moto al hospital general de Likati, que está funcionando como centro de tratamiento contra el ébola.
Ébola en África: en buenas manos
Como médico, sabía lo que podía y lo que no podía hacer en esta situación. Sabía que tenía que limitar el contacto con la gente, pero también era consciente de que solo los casos activos son contagiosos. Los trabajadores sanitarios de la localidad ya habían delimitado la zona donde debían permanecer los casos de contagio para limitar los contactos y evitar la expansión del brote. Fue muy tranquilizador ver cómo los equipo locales tenían la situación controlada.
Han puesto fuentes para lavarse las manos, lo primero que tuvimos que hacer al llegar. Todo el mundo se toma el lavado de manos muy en serio y nadie (ni si quiera los oficiales de más alto rango) pueden entrar o salir de un centro de tratamiento sin lavarse las manos.
La buena noticia es que, en este momento, es muy probable que no sea necesaria una cuarentena porque el equipo de respuesta ha hecho un gran trabajo identificando rápidamente a las personas que han estado expuestas al ébola y a su círculo de contactos.
Cualquier miedo que pudiera tener desapareció en el momento en el que me reuní con mis compañeros en el terreno; su profesionalidad me tranquilizó. Da mucha confianza saber que cada uno de ellos forma parte de unequipo global de expertos que saben lo que hacen. Aunque puede parecer angustioso desde fuera, cuando estás allí estás tan concentrado en la tarea que apenas tienes tiempo para preocuparte por nada.
Brote de ébola en Congo: ¿qué estamos haciendo?
Lo primero que hemos hecho desde UNICEF en la zona afectada es distribuir materiales de comunicación, pastillas potabilizadoras y material para el lavado de manos.
Sabemos, por nuestra experiencia en África occidental y en RDC, que el lavado de manos, la buenas prácticas de higiene y un buen sistema de saneamiento contribuyen a reducir el riesgo. Durante mi visita, escuché a un líder comunitario hablar sobre agua, saneamiento y lavado de manos, así que el mensaje está calando.
Confío en la respuesta, porque las autoridades declararon el brote pronto. Ya ha pasado algo más de una semana desde que se encendieran las alarmas y podemos ver que se ha puesto en marcha una acción eficiente. Si somos capaces de detectar los casos pronto y luego tratarlos, podremos contener este brote.
Tajudeen Oyewale
Representante adjunto de UNICEF en República Democrática del Congo
Fuente: https://www.unicef.es