Cuando observamos una fotografía antigua de una persona desconocida podemos aventurar rasgos de su personalidad y hacernos preguntas sobre su existencia de difícil respuesta. En cada instantánea siempre hay al menos dos protagonistas, el fotógrafo y el retratado. Y en las más antiguas lo habitual es que ambos permanezcan en el olvido. No siempre es fácil poner nombres y vivencias a esos rostros anónimos pero, al menos en esta ocasión, lo hemos intentado. Por ello, a continuación, recogemos unos breves trazos biográficos de cuatro personas vinculadas a dos fotografías conservadas en el Archivo en formato de carta de visita. En los anversos aparecen retratadas, de medio cuerpo, dos mujeres jóvenes y en los reversos se mencionan sus dos fotógrafos. Los cuatro coincidieron en nuestra ciudad en 1870 sin saber lo que el destino les tenía preparado. Pero ¿qué fue de ellos?