Una novela apasionante sobre la tortuosa relación de amor entre Alfonso XIII y la actriz Carmen Ruiz Moragas, una mujer única, libre y valiente.
Cuando los ojos de Alfonso XIII, rey de España, y los de Carmen Ruíz Moragas, actriz de teatro, se encontraron, supieron que era el inicio de una pasión inevitable, pero peligrosa. El rey, el hombre, se enamoró tan profundamente de Carmen, mujer libre, divertida, bella y valiente, que estuvo a punto de convertirla en reina. Pero Carmen, de infancia ilegítima y solitaria, amaba la independencia que le daba su profesión y nunca quiso renunciar a ella. Su trágico matrimonio con un torero mexicano, en un intento de convertirse en una señora respetable, fue preludio de su relación con Alfonso, que duró ocho años llenos de tantas turbulencias como el desdichado momento histórico que les tocó vivir. Pilar Eyre, con una voz narrativa magistral, teje una novela apasionante, llena de sorprendentes revelaciones y de gran intensidad, sobre una historia de amor única, la del rey y la actriz que, pese al escándalo, luchó para superar todas las adversidades.
Una emocionante novela sobre un dramático secreto familiar. Sarah Lark, reina del best seller internacional, relata una historia sobre la verdad y el silencio, sobre decisiones erróneas y correctas, sobre la confianza y el amor.
¿Para qué escribir? resulta una pregunta retórica después de haber leído y habitado Ordesa.
Escribir para que luego, a lectores como nosotros se nos parta el alma. Lo dice Millás y lo suscribo. Leer para pasar un buen rato, unas cuantas horas, unos pocos días. Leer para sentir y emocionarme mucho, como me pasó leyendo, por ejemplo, La hora violeta o Te me moriste de Peixoto. Leer para transformar nuestras mejillas en improvisados torrentes. Escribir sobre la muerte para dar sentido -y amar más- la vida. Sacar a pasear a los muertos, ya convertidos en fantasmas, evocarlos y encarnarlos y especular, como hacía Vicente Valero en Los extraños.
Ordesa es un canto (aquí requiem) a la vida y también a la bebida, hasta que en esa dislexia de bes y uves y antes de caer en un coma existencial -que sería un punto final- Vilas deja las bes y opta por vivir, aunque las horas abstemias sean entonces más pesadas y plomizas.
Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo García Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. La documentación que lo libró del paredón fue un regalo de su mejor amigo, Manuel Arroyo Benítez, un diplomático republicano al que salvó la vida en 1937. Cree que nunca volverá a verlo, pero en septiembre de 1946, Manuel vuelve del exilio con una misión secreta y peligrosa. Pretende infiltrarse en una organización clandestina, la red de evasión de criminales de guerra y prófugos del Tercer Reich que dirige desde el barrio de Argüelles una mujer alemana y española, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer. Mientras el doctor García se deja reclutar por él, el nombre de otro español se cruza en el destino de los dos amigos. Adrián Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la División Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la última defensa de Berlín, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Perón.
«Tenemos que hablar», le dice Lola a su marido durante el desayuno. Él le responde que lo harán por la noche, cuando acabe su jornada en el taxi. Sandino es un hombre melancólico, que duda en regresar a casa porque teme que Lola, harta de sus infidelidades, lo deje. No está muy seguro de si desea que eso suceda, como tampoco sabe si le gusta ser taxista, si es capaz de querer a alguien o si todo consiste en seguir rodando y chocando, como una bola en una mesa de billar llamada Barcelona.
Durante siete días y sus seis noches, Sandino recorre las calles y los barrios como un muñeco roto que huye de sí mismo, un depredador que deambula sin rumbo fijo, de sitio en sitio, a criterio siempre del cliente, del tedio o de la ocasión de cauterizar la herida de la forma más carnal. Y mientras dura su particular odisea, en su mente se mezclan y entrelazan las historias de pasajeros, amigos y enemigos, una maraña de recuerdos y fantasmas del pasado que dibujan un mapa existencial de su vida, de la vida de la ciudad y de los personajes que la habitan. Tal vez así, en su fuga hacia la nada, Sandino logre liberarse de sus ataduras, de sus amores espurios y del entorno que lo atenaza para llegar a algún lugar en el que nunca ha estado.
La fuerza narrativa, el ritmo hipnótico imbuido de ecos musicales y el profundo calado psicológico de Taxi suponen un salto cualitativo en la obra de Carlos Zanón. Los avatares de Sandino configuran un personaje inigualable que permanecerá en la memoria de quienes degustan la buena literatura.