Museo del Ejercito. Teatro de guiñol. “El caldo mágico” - Ayuntamiento de Toledo

En Filipinas, en el norte de la isla de Luzón, algunas culturas creen que el alma de todo difunto se convierte en «anito», un ser que puede aparecer en forma animal o humana. Estos espíritus viven fuera de los poblados, en las montañas vecinas, como si estuvieran vivos. Algunos de estos espíritus son representados con esculturas de madera, como las que tenemos en el Museo del Ejército.

Pero Rowena, una niña muy traviesa, no cree que en los espíritus, ni cree en los anitos, ni cree en nada de lo que le cuentan sus padres. Ella es muy valiente y no le tiene miedo a nada, hasta que vio un anito con sus propios ojos. Y empezó a pensar que todo lo que le habían contado puede que fuera verdad. ¿Todo? Eso lo tenía que ver con sus propios ojos. Y todos aquellos que lo quieran ver con ella venid al Museo para descubrir la verdadera historia de los anitos.

Os esperamos.