García-Page, que ha inaugurado hoy la ampliación de las termas romanas de Amador de los Ríos, se ha mostrado satisfecho de las actuaciones que se realizan para la recuperación y conservación del patrimonio porque significa una inversión para la ciudad ya que esto revierte en el aumento de turistas que acuden a la capital, atraídos por el patrimonio cultural.
El alcalde, quien ha recordado que Toledo está por encima de la media en recepción de turistas, ha presumido de “tener un tesoro” en la ciudad y considera necesario cuidarlo porque “es una industria a la que se saca rendimiento”.
“Toledo es una marca asentada, un sello de calidad, cuidado y conservación patrimonial”, añadió.
Las obras de ampliación de las termas han consistido en la incorporación de un sótano a las mismas, el cual pasa a ser propiedad del Consorcio, y la rehabilitación de dos viviendas que estaban muy deterioradas.
Esta actuación se ha realizado por importe de 500.000 euros y ha contado con la dirección del arquitecto José Antonio Rosado.
Anteriores actuaciones
Testigo de la bonanza y prosperidad que vivió Toledo durante el los siglos I y II d.c, en época romana, este lugar nos muestra lo que en su día fueron unas termas, dotadas de sistemas de calefacción para calentar todas y cada una de sus salas.
En el año 2002, el Consorcio de la Ciudad de Toledo decidió abordar la puesta en valor de estos importantísimos restos arqueológicos consiguiendo que el inmueble,
que se encontraba en una situación deplorable, sea cedido al propio Consorcio por un periodo de 25 años.
Posteriormente, ya en 2003, se abordaron las obras de restauración que se estructuraron en varias fases. Primero se realizó una profunda investigación arqueológica, planteada como intervención directa en el subsuelo. En segundo lugar, se abordó la reconstrucción parcial de las Termas Romanas para facilitar su comprensión y, por último, se llevó a cabo la adecuación del espacio.
Las termas de la Plaza Amador de los Ríos fueron abiertas al público en el año 2004.