Esta actuación, que cuenta con un presupuesto de 380.000 euros está siendo desarrollada por el Consorcio de la Ciudad de Toledo con el impulso del Ayuntamiento y ha sido financiada por el propio Consorcio, el Ministerio de Cultura y la comunidad religiosa de la propia iglesia, ante la urgencia por el mal estado de conservación de las cubiertas del edificio.
El objetivo principal de la intervención, que lleva en ejecución en torno a dos meses y medio, es la reordenación y restauración de las cubiertas, estructuras como en el cimborrio manteniendo la morfología de la cubierta actual, debido a los problemas de humedades y goteras que ya empezaban a notarse en el interior.
García-Page ha subido a la cubierta del monumento para conocer de primera mano el estado de unas obras que ha considerado “fundamentales” para la recuperación y conservación del patrimonio de Toledo y que, además, no van a costar ni un solo euro a las arcas municipales al haber obtenido la financiación de otras administraciones.
Para el regidor toledano, este tipo de actuaciones “no sólo son una manera de no resignarnos ante la crisis y seguir adelante”, sino también una manera de demostrar a los ciudadanos de que “ahorrar en la conservación patrimonial no puede pasar la factura a medio plazo y es lo peor que le podría pasar a una ciudad patrimonio como la nuestra”.
Recuperación del Colegio de Infantes
En este sentido, el alcalde ha apuntado la necesidad de seguir avanzando en la estrategia de conservación del patrimonio que tan buen resultados ha dado a la ciudad de Toledo durante los últimos 25 años y ha indicado que próximamente comenzarán las obras de recuperación del antiguo Colegio de Infantes.
Esta nueva actuación, ha añadido García-Page, permitirá recuperar un edificio “en muy mal estado actualmente” en un museo para todos los tapices que ahora alberga en su interior la Catedral Primada de Toledo.
“Sin prisa pero sin pausa, poco a poco seguimos trabajando y haciendo que la ciudad no pare”, ha apuntado y ha asegurado sentirse muy ilusionado con este tipo de proyectos y, de manera especial con el de la Iglesia de los Carmelitas Descalzos, ya que la casa de sus padres estaba frente al mismo y de pequeño jugaba en su plaza en muchas ocasiones.