García-Page ha destacado la importancia que en estos momentos tiene la representatividad de este sindicato dadas las dificultades por las que atraviesa la sociedad española y castellano-manchega. Por eso, ha aplaudido la celebración de este congreso como un síntoma para superar estas dificultades conjuntamente “a pesar de que no exista voluntad de quien gobierna el timón en estos momentos”.
Durante su intervención, ha advertido del peligro que supone replantear y poner en cuestión un sistema social que ha funcionado bien durante las últimas décadas y que, desde la actual democracia, ha permitido que España “sea un éxito colectivo”.
Para García-Page, “es un error pensar que hay que poner las cosas patas arriba porque nos lo impongan desde fuera”, pero todavía es más grave que las reformas se quieran hacer desde la inmediatez, echando por tierra en unos meses todo el avance conseguido en las últimas tres décadas, principalmente en el ámbito de la prestación pública en educación y en sanidad.
En este contexto, ha precisado que no se puede cambiar “lo que nos ha ido bien y de lo que nos sentimos orgullos” y, del mismo modo, “no puede haber respeto por lo público si no hay respeto por los trabajadores y los servidores públicos”. Ha añadido que dentro de la corriente de recortes de los servicios públicos se está equivocando la aplicación de la austeridad, un concepto que debe asumirse siempre, no sólo en época de crisis, y que dentro de la administración debe ser trasversal y no asumida exclusivamente por los funcionarios.
El alcalde se ha mostrado partidario de abordar los problemas actuales con diálogo, porque es un principio esencial de la democracia, pero ha señalado que para llevarlo a cabo “hay que plantarlo, regarlo y cultivarlo”, y ha expresado su “voluntad permanente” de llegar a acuerdos.