En un acto que ha estado presido por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, y que ha contado con las intervenciones del delegado de la Junta en Toledo, Fernando Jou; el arquitecto Ignacio Barceló y la Madre Priora del convento, María Teresa Fernández, el alcalde ha afirmado que la peor inversión sería “dejar de conservar lo que tenemos porque nos costaría mucho recuperarlo en el futuro”.
Emiliano García-Page ha explicado que esta intervención realizada por el Consorcio “pone de manifiesto que es mucho más fácil ir de la mano y ponernos de acuerdo para arreglar las cosas, y que por el camino del enfrentamiento lo único que se consigue es que las bóvedas estuvieran dos siglos más como nos las hemos encontrado”.
Altura de miras
Ha resaltado que la ciudad de Toledo “se explica porque desde su inicio ha tenido altura de miras” y logra su máxima expresión en la obra religiosa. “Sería de muy poca altura de miras no entender que la ciudad tiene en la Iglesia su más profunda identidad”, ha dicho el alcalde, quien ha apostado por mantener esa altura de miras a través de la colaboración institucional que representa el Consorcio de la Ciudad de Toledo y del entendimiento de las administraciones que lo conforman con la Iglesia.
La restauración de las bóvedas de Santo Domingo El Real ha contado con un presupuesto de casi 400.000 euros y ha consistido principalmente en la limpieza de los parámetros, pinturas y esmaltes, reparación de piezas, tapado de agujeros y una nueva iluminación. El resultado en la bóveda central es la recuperación de un magnífico entramado del siglo XVI que se encontraba muy deteriorado por el efecto del tiempo y la humedad.