1640, abril, 29. Madrid Misiva de D. Pedro Calderón de la Barca dirigida a D. Alberto de Palma, regidor de Toledo, sobre la manera en la que se ha de representar el auto sacramental de “Psiques y Cupido”. Papel, 2 hojas.
(fol. 1 recto) [cruz] // Señor Alberto de la Palma // De [h]oy en ocho días embiaré a vuestra merced el // auto que aunque mi poca salud y esta nueba // ocupación de acudir a los bandos de la rreli // jión pudieran embaraçarme con disculpas, es // tanto el deseo que tengo de servir a vuestra merced y a // todos esos señores que haré lugar para // desempeñarme de la obligación en que me // [h]an puesto quiriendo serbirse de mí, a quien // con todas veras aseguro que haré antes // la fiesta de Toledo que la de Madrid con estar // encargado tanvién de la mitad de ella. // Y que de aver por la salida de faltar a algo // no será a vuestras mercedes. En cumplimiento de // la orden que se me dio [h]e escojido la // fábula de “Siques y Cupido” como constará // de esa loa que como es argumento para // el auto [h]a sido fuerça empeçar por ella. Y para que ba[ya]mos ganando tiempo la // rremito porque el que la hubiere de de // cir la estudie que [h]echo se estará y el // tiempo no es mucho para no procurar a // probecharle, // (fol. 1 vuelto) esa carta (que vuestra merced puede leer) escribo al autor y necesito de // que se me rresponda a las preguntas que hago en ella // para yr ajustando el vestido de la rrepresentación // al cuerpo que se le [h]a de poner. Y porque ellos suelen ha // blar de sí apasionados, vuestra merced me avise que [h]ay bueno, // o malo en ella para aprobechar lo uno y huir lo otro // mayormente en la parte de la música y de las mujeres // que aunque conozco lo principal no se en qué estado // está rrecevido y finalmente se me embíe lista de to // dos señalando quién canta, quién bayla y quién // hace las demás partes. Lo que hasta a[h]ora se // me [h]a ofrecido en quanto a las apariencias para // que a un tienpo se baya previniendo todo es lo siguiente: // Primeramente la torre que hubiere de caber a // mi rrepresentación [h]a de ser un palacio (tachado: paraíso) y este a su // tiempo se [h]a de combertir por transmutación todo // en peñasco áspero y oscuro; este peñasco a su tien // po se [h]a de abrir y [h]an de aparecer jardines her // mosos con fuentes que corran, quadros y en fin lo // mejor que pueda ymitarse; y adviértese que si esto // pareciere que es mucho transformar el teatro, pue // de ser el primer palacio que digo de colgadura rrica // que corrida fácilmente puede descubrir el peñasco y // se a[h]orra la primera fachada de palacio en perspectiba. // [H]a se de di[s]poner desde luego un buelo que [h]a de ejecutarse // en el discurso del auto en esta forma: // una persona [h]a de estar durmiendo en el tablado sobre // (fol. 2 recto) almo[h]adas y sin que se ponga en pie sino echada; como // ésta [h]a de bolar lo más alto y arrebatado que se pueda, // si al artífice que lo hubiere de obrar le pareciere lle // barse estrado y todo con tarimilla, será mejor y de // más vista y más seguro para la persona. // Adviértese que este buelo se [h]a de ejecutar estando aviertos los jardines. // En el discurso también del auto [h]a de aparecer por la // parte de la rrepresentación saliendo del vestuario una // galera con toda su chusma de remeros, pero que yn // porta donde puedan yr hasta doce personas y // un grumete en la gavia. Esta galera se [h]a de yr por // palenque lo más lejos que pueda de modo que des // de ella se pueda yr rrepresentando, los de ella con los // que quedaren en el tablado. Si a vuestras mercedes les parece mu // cho aparato avísenme que yo procuraré ajustar // los versos a su dispusición. Guarde Dios a vuestras mercedes co // mo deseo. Madrid y abril 29 de 1640 años. // Don Pedro Calderón // de la Barça // Olbidóseme decir que el peñasco, sucedido el buelo, buel // be a cerrar como estaba primero. //