Entre las dos festividades locales que anualmente se celebran en Toledo una de ellas está dedicada a San Ildefonso, Patrono de la ciudad, Padre de la Iglesia católica y reconocido Arzobispo toledano, fallecido en el año 667, en pleno dominio visigodo.
No tenemos claro desde cuando se empezó a celebrar esta fiesta. Lo que sí sabemos es que conforme fue avanzando la Edad Media el número de festivos de origen religioso se fue incrementando. Los días de precepto que implicaban la obligación de la asistencia a misa y el descanso en el trabajo no favorecían el desarrollo económico ni la subsistencia de los más necesitados. En el siglo XVI no era extraño que el número de días festivos, incluyendo los domingos, superase el centenar, aunque había variaciones por reinos y localidades.
Para intentar poner freno a esta situación, el Papa Urbano VIII, por una bula de 1642, redujo notablemente su número. La celebración de San Ildefonso perdió esa condición. El Ayuntamiento de Toledo solicitó en 1652 al Cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval que mantuviese como “fiesta de guardar” la que cada 23 de enero se celebraba en honor de San Ildefonso. Así lo aprobó por un edicto dado en Madrid, el 30 de noviembre de 1652, que aquí recogemos impreso.
El 24 de diciembre de ese mismo año, el Ayuntamiento hizo pregonar un bando con el siguiente texto:
Sepan todos los vecinos y moradores de esta ciudad y villas y lugares de su arzobispado como el eminentísimo Sr. Cardenal Don Baltasar de Moscoso y Sandoval, arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, a instancia del cabildo de la Santa Iglesia de esta ciudad y del Ayuntamiento de esta imperial ciudad, ha sido servido de mandar que en esta ciudad y su arzobispado se guarde por día de fiesta de aquí adelante el día del glorioso San Ildefonso, arzobispo de Toledo y natural de ella, que se celebra a 23 de enero de cada año. Se manda pregonar para que venga a noticia de todos.
Un nuevo intento de supresión de esta festividad se producirá durante el pontificado de Pío IX que con un “motu proprio” de 2 de julio de 1911 redujo los días festivos a tan solo ocho, sin contar los domingos. Pero los toledanos volvieron a solicitar que su tradicional fiesta no desapareciese, logrando que fuera repuesta por el Papa Benedicto XV, en un breve apostólico de 10 de marzo de 1914. El diario El Castellano, de 20 de enero de 1915, anunciaba su restablecimiento con la siguiente noticia: Por especialísima gracia de Su Santidad, se ha restablecido para Toledo y toda la Diócesis la fiesta de San Ildefonso, con la consiguiente obligación de oír Misa y de abstenerse de obras serviles.
La Guerra Civil no afectó a su celebración. En el diario El Alcázar, de 24 de enero de 1939, se indicaba que:
El día de ayer celebró nuestra capital y archidiócesis la fiesta de su Patrón y arzobispo, San Ildefonso. El comercio en general, por una orden de la Delegación de Trabajo, cerró sus puertas, como fiesta local tradicional. Asimismo el comercio de alimentación cerró por la tarde. En la Santa Iglesia Catedral se celebró la función religiosa solemnísima…
Las reformas posteriores en el calendario eclesiástico, especialmente la aprobada por el Papa Pablo VI en 1969, no tuvieron incidencia en su celebración pues, aunque no estuviera entre las fiestas generales, sí se permitía que tuviera la condición de fiesta local. Y así ocurrió en Toledo y en otras poblaciones españolas que siguieron celebrando la fiesta de San Ildefonso con la autorización de la competente autoridad eclesiástica.
Ni siquiera la llegada de la democracia cuestionó esa consideración manteniéndose cada año como una de las dos fiestas locales celebradas en nuestra ciudad. Incluso se potenció al convocar el Ayuntamiento un conjunto de premios bajo distintas temáticas que se dilucidaban durante la fiesta de San Ildefonso. Desde 1980 y hasta 2007, el dedicado a un trabajo inédito sobre la historia, el arte, la economía, el folklore, etc. de la ciudad de Toledo recibió el nombre de “Premio de Temas Toledanos San Ildefonso”.
Con la aprobación del Reglamento de Honores y Distinciones, en sesión plenaria de 20 de noviembre de 2008, se acordó que cada 23 de enero, festividad de San Ildefonso, se entregaran los premios con los que la ciudad de Toledo honraba a las personas e instituciones más relevantes.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo