La dedicación de la Plaza de Nara a las víctimas del terrorismo responde a un acuerdo plenario de septiembre de 2008 en el que se aprobó una propuesta conjunta de los tres grupos políticos con este fin.
El alcalde dijo realizar este acto con la seguridad de que los representantes del Ayuntamiento de Toledo permanecerán siempre unidos y defendiendo “una posición clara e inequívoca en defensa de la vida y de los derechos humanos”
En el acto estuvieron presentes la corporación municipal, familiares y amigos de las víctimas del terrorismo, el Subdelegado del Gobierno, el Vicepresidente de la Diputación Provincial, representantes de tres asociaciones de víctimas del terrorismo y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El alcalde, tras destapar la placa conmemorativa, aseguró que los españoles, en relación a ETA, “ninguno tenemos dudas de que sus integrantes y quienes les amparan son simple y llanamente delincuentes comunes. Son asesinos, cuyo único objetivo es hacer daño a toda la sociedad española, al amparo de unas absurdas reivindicaciones que no tienen cabida en nuestro ordenamiento jurídico”.
“La unidad de todos es nuestra mejor defensa contra los ataques terroristas”- señaló – a la vez que aseguró que “nuestra fuerza moral es superior a la suya. Pero esa certeza no debe hacer que nos acostumbremos a convivir con las amenazas, sino que debemos esforzarnos aún más para seguir batallando por la conquista de la libertad, contribuyendo, además, a que el terrorismo internacional sea perseguido y erradicado”.
El alcalde dirigió unas palabras a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como al mundo judicial, instituciones públicas y empresarios. Colectivo que, según indicó, “han sido duramente castigados por la violencia terrorista”.
Las víctimas del 11-M también recibieron su reconocimiento por parte de los toledanos y, en palabras del alcalde, “la sinrazón de aquel ataque aún sigue causando dolor y pena”.
El alcalde se mostró satisfecho de que la ciudad cuente con un espacio dedicado a las víctimas de atentados y deseó que el mismo se convierta en “un punto de encuentro y solidaridad”.
“Cada vez que un ciudadano pase junto a esta placa tiene la obligación moral de recordar a todos cuantos han sido asesinados por defender el Estado de Derecho, por defender la libertad por defender la pluralidad política o, simplemente, por ser un honesto trabajador o un honrado ciudadano que tuvo la mala fortuna de cruzarse en el camino con unos asesinos”, añadió.