Santiago de Zebedeo, según la tradición cristiana, fue el apóstol enviado a Hispania para predicar el Evangelio. Su supuesta tumba fue localizada en tiempos de Alfonso II, a principios del siglo IX, y sobre ella este rey mandó construir un templo que con el tiempo se convertiría en la catedral de Santiago de Compostela. La peregrinación hacia el santuario comenzó a desarrollarse ya en tiempos medievales, especialmente cuando el papa Alejandro III, bien entrado el siglo XII, concedió indulgencias plenarias a los que lo visitasen durante el año de su jubileo. Y este se producía siempre que el día de su festividad caía en domingo. De esta forma, desde entonces, el Camino de Santiago, con sus distintas rutas, canalizó la fe de los católicos atraídos por su deseo de conocer la tumba del Apóstol. Además, una bula del papa León XIII, de 1884, reafirmó que los restos allí encontrados pertenecían al apóstol, aunque ni las fuentes históricas ni los análisis de los especialistas lo hayan podido confirmar.
El culto a este santo en España se verá fortalecido por su intervención milagrosa en la victoria de las tropas cristianas de Ramiro I contra los musulmanes en Clavijo, allá por el año 844. El rey asturiano concedió entonces el llamado Voto de Santiago por el que se comprometía a favorecer con ofrendas a la iglesia compostelana. Y aunque de esta batalla se da noticia en la crónica De rebus hispaniae del arzobispo toledano Rodrigo Jiménez de Rada, en la actualidad se sabe que no existió tal combate. Aun así la iconografía del apóstol Santiago, montado a caballo y blandiendo una espada, enfrentándose a los musulmanes en plena batalla, fue poco a poco extendiéndose por buena parte de la península, reflejándose en bellos ejemplos de pintura y escultura en muchas iglesias españolas.
El culto al apóstol Santiago obtendrá un mayor reconocimiento oficial cuando Felipe IV ordenó que se celebrara su festividad con toda solemnidad en los territorios de su Corona, mediante una Real cédula datada en Madrid el 28 de junio de 1643.
Muy posiblemente de este documento se debieron realizar un buen número de ejemplares remitidos a los ayuntamientos de las principales ciudades y a otras instituciones. En el Archivo Municipal de Toledo se conserva esta disposición que ahora hemos querido difundir, con su transcripción. También han llegado a nuestros días varias invitaciones impresas, de gran formato, formuladas por el cabildo de la catedral de Santiago para que los toledanos acudieran a esa ciudad a rendir culto al apóstol y ganarse así las indulgencias prometidas. Son siete y se datan entre los años 1654 y 1717. En ellas se recogen ejemplos, también reproducidos en esta web, de la iconografía relacionada con la imagen del Apóstol.
La festividad de Santiago apóstol se sigue celebrando cada 25 de julio especialmente en toda Galicia y es fiesta local en un buen número de municipios, aunque ahora no se encuentre entre las que disfrutamos todos los españoles.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo