Escrito por Jesús A. Núñez, Francisco Rey y José Antonio Alonso
Cuaderno nº: 20
El proceso de globalización ha elevado, como nunca, los niveles de interdependencia entre los países, más allá de las fronteras. Las influencias mutuas se tornan cada vez más poderosas, superando las barreras de la geografía y el idioma. Las sociedades se ven afectadas por decisiones que se toman en lugares muy alejados de su control, mientras que las externalidades entre países, no solo las de naturaleza económica, se hacen cada vez más poderosas y ubicuas. Pese a ello, la comunidad internacional se ha revelado incapaz para crear los mecanismos de gobernanza internacional requeridos para gestionar con eficacia esas nuevas interdependencias.
Como consecuencia, nuestro mundo se ha hecho más integrado, pero también más inseguro. Cabría decir que, en el presente, el riesgo de cualquier país depende crucialmente no solo de los riesgos propios, sino también de las vulnerabilidades que padezcan los demás.
De ahí la necesidad de invertiren un entorno internacional estable, si se quieren preservar las condiciones de
seguridad propias. Son muy diversos los potenciales factores de riesgo vigentes en la actualidad, pero existe la convicción de que muchos de ellos se encuentran potenciados, cuando no directamente causados, por los extraordinarios niveles de desigualdad que rigen a escala internacional.
En un entorno de capacidades tecnológicas y productivas crecientes, la persistencia de la pobreza extrema, en sus múltiples manifestaciones, cuestiona la consistencia moral de la sociedad que la consiente. A la vez, es fuente de problemas para la gobernanza del sistema internacional que a todos, pobres y ricos, afecta.
Al fin, la desigualdad y la pobreza están en la base de las presiones migratorias descontroladas, del deterioro de entornos ecológicos frágiles, de la emergencia de pandemias altamente transmisibles, de las dificultades para gestionar la estabilidad financiera o, en fin, del surgimiento de focos de violencia e inseguridad internacional.
Fuente: http://iecah.org