Irma se acerca cada vez más. Bueno, en realidad ya está golpeando el Caribe en este momento. En Panamá, todavía estoy muy lejos, pero llevo vigilándolo desde el sábado por la noche. Llevo más de 2 jornadas de trabajo de 18 horas, y ni siquiera ha llegado a la República Dominicana todavía. Los miedos y las incertidumbres se multiplican: ¿Volverá Haití a recibir un golpe destructor? ¿Formaré parte del equipo que apoye en terreno? ¿Estaremos listos en terreno cuando el huracán golpee?
Los huracanes son el desastre natural más extraordinario. ¿Por qué algo que trae vientos de 185 mph (¿puede alguien imaginar lo rápido que es eso?) se mueve tan condenadamente lentos? Porque va a la deriva a través del Atlántico. Casi serpenteando. Pero amenazante. Lo bueno es que tienes tiempo para prepararte, lo malo es que nunca sabes la magnitud de lo que te espera. Se dice que el Irma es el mayor huracán de la historia.
En las últimas 36 horas he estado compartiendo en Facebook información sobre cómo protegerse del Irma para que la gente la reciba en su teléfono. Hay personas que se inscriben para recibir esas alertas cada 5 segundos. Yo sigo enviándoles mensajes: “Apaga el gas”. “Asegura el tanque de agua”. “Mantén la calma”.
La gente también responde. 5 personas en Trinidad y Tobago me han dicho que no saben dónde está su familia. Transmito esa información al equipo de las Bahamas para que puedan trabajar y encontrar a personas desaparecidas, especialmente importante si hay niños involucrados. Cientos de personas me han formulado esta, aparentemente, sencilla pregunta: “¿A qué hora me alcanzará el huracán?” Estoy respondiendo en francés, en inglés, en español. “No podemos dar un tiempo preciso. Fuertes vientos, fuertes lluvias y grandes oleadas se esperan en breve y continuarán hasta última hora de mañana. Mantened la calma. Manteneos a salvo”.
Huracán Irma: Barbuda, arrasada
Mi conocimiento del arco de las islas en el Caribe Oriental ha mejorado enormemente en los últimos días. Barbuda (que no debe confundirse con Barbados, Bahamas o Bermuda) ha sido básicamente arrasada. Menos del 10% de los edificios quedan en pie. Antigua está bien. Anguila no.
Hay reuniones de emergencia cada media hora. Con Cuba, con República Dominicana, con Haití, con el Caribe Oriental. Hay comunicados de prensa. Hay posts en blogs. Hay declaraciones. Hay informaciones que traducir. Y tenemos que llamar la atención sobre la situación antes de que llegue a Estados Unidos. Una vez que Irma llame a la puerta de Florida, la atención del mundo se volverá hacia allí y olvidará al Caribe… a menos que José coja fuerza. José, sí, ese es el huracán que va detrás del Irma.
El protocolo de respuesta ante una emergencia de UNICEF es una máquina impresionante. Lo hemos hecho antes. Está bien engrasada. Es increíble formar parte de este trabajo. La tranquilidad y eficiencia de las personas que trabajan sin descanso en emergencias aquí es fascinante. Pero viendo que el ardiente cono rojo se mueve a través del Atlántico, pienso en el miedo que vivirá la gente que se encuentra en el camino del huracán. Pienso en lo que está por venir. Habrá muertes. Destrucción. Cólera. Trata de niños. El Caribe estará en el punto de mira del mundo por unos días. Y luego vienen meses, años, décadas de trabajo por delante.
Todavía no sé dónde estaré mañana: ¿Panamá, Cuba, Haití o Bahamas? Sospecho que aún estaré en Panamá un par de días más, antes de moverme a alguna zona afectada por el desastre, pero donde quiera que estés tú, y sea lo que sea lo que estás haciendo, dedica unos minutos a pensar en los que están en el camino del huracán Irma.