El Consorcio de la Ciudad de Toledo, que preside el alcalde, Emiliano García-Page, ha puesto en marcha en el Cerro del Bú un proyecto de recuperación de lo que fue el primer emplazamiento humano en la ciudad, un paraje que permitirá generar un nuevo circuito turístico en el entorno del Casco, para lo que el alcalde ha apostado por impulsar también las pasarelas peatonales sobre el río.
En una visita que ha realizado hoy a las obras del Cerro del Bú y a la que también han asistido representantes de las diferentes administraciones que forman parte del Consorcio, García-Page ha señalado que esta intervención arqueológica se suma a la estrategia de “recuperar nuestro pasado para trabajar por nuestro futuro al convertir el patrimonio en nuestra principal industria”.
El alcalde ha señalado que se trata de un paraje “muy especial para los toledanos” por ser el primer asentamiento de comunidades humanas en la ciudad durante la Edad del Bronce. Además, ha expresado su satisfacción porque el lugar podrá ser visitado de manera más ordenada, creando una nueva ruta que discurra por la periferia del centro histórico.
En este sentido, ha anunciado la intención del Gobierno local de impulsar los proyectos de las pasarelas peatonales sobre el Tajo, para generar así un nuevo circuito y cambiar la relación de los ciudadanos con el río y poder cruzarlo y moverse por ambas orillas desde diferentes recorridos, a pie y también en barco, manteniendo la actual Barca de Pasaje.
Edad de Bronce y vestigios islámicos
El gerente del Consorcio, Manuel Santolaya, ha explicado que en este lugar se realizaron unas excavaciones en los años ochenta del siglo pasado que constatan la existencia de un asentamiento continuo durante la Edad de Bronce y, casi 2.000 años después, una ocupación temporal durante la dominación islámica, probablemente relacionada con el asedio a la ciudad por parte de Abdal-Rahman III en el siglo X.
El deterioro de los vestigios por hallarse a la intemperie ha provocado la intervención del Consorcio mediante un proyecto que pretende la protección, consolidación y limpieza de las estructuras para garantizar su conservación, la reconstrucción de una parte del muro islámico y la creación de un itinerario señalizado con textos explicativos del yacimiento, uno de los más importantes del centro de la Península, como ha dicho el arqueólogo, Juan Manuel Rojas.
El plan inicial contaba con un presupuesto de 242.548 euros, aunque finalmente las obras se adjudicaron por 179.000 euros. El plazo de ejecución es de nueve meses, por lo que se espera que la intervención haya finalizado antes del verano de este año.
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