En sus últimas declaraciones, los representantes de los citados 20 propietarios han afirmado que aceptan la visita del técnico y ello puede llegar a confundir a la opinión pública que debe creer que es la EMV la que carece de voluntad de solucionar el problema. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que estos propietarios, a diferencia del resto de vecinos, de La Legua han decidido no acudir a las reuniones convocadas para organizar las reparaciones, se comunican con la EMV a través de un abogado y exigen que el técnico de la EMV sea supervisado por su propio perito en las inspecciones técnicas, con la evidente intención de cuestionar sus conclusiones, manifiestan un veto a la empresa seleccionada por la EMV para desarrollar las obras, pretenden que se les dé prioridad respecto del resto de viviendas y dejan entrever que si no se asumen todas sus reclamaciones continuarán su particular campaña.
La EMV puede aceptar la presencia de un técnico designado por los propietarios, pero no dará trato preferente a estas viviendas, donde se ha realizado ya un importante esfuerzo con un gasto superior a los 300.000 euros, respecto del resto.
La EMV mantiene su ofrecimiento de asumir las responsabilidades que establece la Ley de Ordenación de la Edificación para las promotoras inmobiliarias y reparará los desperfectos siempre que los propietarios lo acepten, como está haciendo en el resto de viviendas de La Legua. Sin embargo, por más que persista la presión, no accederá a las pretensiones que vayan más allá de lo que legalmente está establecido, pues lo contrario sería dilapidar el dinero público.
Finalmente, en cuanto a la existencia de ratas en estas viviendas, la EMV ha puesto en conocimiento de lo servicios municipales competentes estas denuncias y se tiene constancia de que se actúa en este caso como en otros puntos de la ciudad con este mismo problema y con idéntico trato que se les da al resto de ciudadanos como no puede ser menos.