García-Page ha asegurado que la documentación presentada hoy es “elocuente y esperanzadora” y confirma que se han superado las expectativas sobre el valor arqueológico de la zona. En su opinión, se trata de un espacio de “enorme valor estratégico” que demuestra “que estamos en el buen camino desde cualquier punto de vista”, resolviendo con consenso los problemas jurídicos y urbanísticos que tenía.
Para el alcalde, la recuperación patrimonial y paisajística de la Vega Baja permitirá a la ciudad aprovechar “la mejor oportunidad que se ha encontrado en el último siglo” y que ya se configura en el reciente Plan Director que permite que la protección arqueológica sea compatible con las necesidades de los ciudadanos y con un yacimiento integrado en la trama urbana.
La consejera ha precisado que el Gobierno regional va a ampliar la zona de protección y, con la colaboración del Ayuntamiento, afrontará la recuperación del Circo Romano. Además, ha adelantado que a finales de marzo se van a celebrar unas jornadas de puertas abiertas para que los toledanos puedan conocer los resultados de las últimas excavaciones.
El arqueólogo Miguel Ángel Valero ha explicado que en el último año se ha actuado sobre una superficie de 3.000 metros cuadrados y se ha podido constatar la evolución histórica y urbanística de la zona, con presencia de vestigios romanos, vigiados y emirales.
Valero ha informado de que de la época romana se tienen evidencias de la presencia de un villa, aparte de la gran construcción del Circo Romano; en cuanto a la época visigoda, se estudia la posibilidad de un ordenamiento urbano levantado en torno a un gran espacio público de 900 metros cuadrados, modificado posteriormente en la época emiral.
Posteriormente, el abandono del espacio propició que su reconversión en huertas durante la Edad Media, encontrándose incluso indicios de construcciones ocasionales realizadas por los propios hortelanos con los materiales allí abandonados.